Elecciones 2024
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Justo cuando la eurozona por fin había logrado sacudirse los estragos económicos de la crisis financiera del 2008-09 y sobrevivido a los rescates de Portugal, Irlanda, Italia, España y Grecia, así como la decisión de la Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, la situación política en Italia amenaza con descarrilar esta inercia positiva.

No es la primera vez que la eurozona enfrenta una amenaza populista, ya que la crisis financiera dio aire a este tipo de movimientos políticos en lugares como Grecia, Francia, España e Italia.

En el caso de los primeros tres, la amenaza populista fue derrotada en las urnas y, en algunos casos, de manera contundente. Sin embargo, en Italia las elecciones parlamentarias de marzo trajeron un resurgimiento importante de los partidos antiestablishment, abriendo la puerta a la posible creación de un gobierno de coalición anti-Europa integrado por el movimiento populista 5 Estrellas (que se convirtió en la primera minoría), el partido de extrema derecha Liga del Norte y la Liga Anti-Inmigrante.

Bajo su nueva conformación, el Parlamento comenzó a sesionar desde el 23 de marzo y hace una semana los tres partidos mencionados lograron un acuerdo para formar una coalición.

Como parte de este acuerdo, la coalición propuso el nombramiento de Paolo Savona como ministro de Finanzas. Savona ha sido un feroz crítico de la eurozona que favorecería una política económica caracterizada por una expansión del gasto público y reducciones a las tasas impositivas como medidas de estímulo al crecimiento.

Dichas medidas podrían encontrar resistencia en la sede de la eurozona y podrían detonar un conflicto más profundo sobre la permanencia de Italia en el bloque.

La controversial nominación de Savona fue bloqueada por el presidente Sergio Mattarella, quien cuenta con la facultad para vetar nombramientos individuales a puestos de gabinete.

Mattarella y el establishment consideraron la nominación de Savona como una provocación de los populistas y un riesgo importante para la permanencia de Italia dentro de la eurozona.

Cuando la coalición populista se negó a nombrar un sustituto para Savona, la crisis política que comenzó con las elecciones parlamentarias de marzo se agravó de manera importante y obliga la convocatoria de nuevas elecciones.

Aunque la nueva elección no sería, en concreto, un referéndum sobre la permanencia de Italia en la eurozona, un triunfo con mayor fuerza de los partidos antiestablishment podría potencialmente llevar a una discusión más seria sobre este tema y ser interpretado por los mercados como un referéndum de facto.

Vale la pena recordar cómo comenzó a gestarse el Brexit.

Por lo pronto, los precios de los bonos emitidos por el gobierno italiano han tenido una caída importante, elevando de manera considerable los costos de la deuda pública.

El bono a 10 años pasó de pagar 1.8% a principios de mayo a 3%, mientras que la tasa para los bonos a seis meses subió de -0.4 a 1.2 por ciento.

Aunque la situación dista mucho del pico de la crisis europea cuando los bonos italianos a 10 años llegaron a pagar 7%, la situación podría deteriorarse si la centro-derecha y centro-izquierda siguen perdiendo terreno ante los movimientos populistas.

El riesgo latente de una salida italiana de la eurozona tendría consecuencias mucho más graves que lo vivido con Grecia.

Italia es la tercera economía más grande de la Unión Europea, sólo detrás de Alemania y Francia, y su nivel de endeudamiento es de los más altos de la región.

La deuda de Italia equivale a casi 130% de su Producto Interno Bruto y representa aproximadamente una cuarta parte de la deuda total de la eurozona, comparado con 6% para Grecia, Irlanda y Portugal.

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