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Imagine el vuelo del peso mexicano a 30,000 pies de altura en plena bolsa de aire que genera turbulencia. En medio del movimiento brusco del aparato, desde una parte de la clase turista empiezan a gritar que todo es culpa de los directivos de la empresa aérea que no saben manejar una aerolínea y exigen su renuncia inmediata, incluido el capitán, a medio vuelo.

Otros dicen que todo es cuestión de los flujos laminares y los vórtices que actúan entre sí, pero como nadie le entiende a estas explicaciones, entonces cada uno de los pasajeros plantea y grita o tuitea su propia explicación, las demás les importan poco.

Los que van en primera clase compran y venden acciones de la empresa desde sus computadoras y si bien no solucionan la turbulencia, sí comprometen la salud de la compañía propietaria del avión.

Entonces, ese vuelo que ya es turbulento por fuera y que pone a prueba la resistencia del avión, es también revoltoso por dentro porque todos se vuelven expertos, y como todos están enojados y nerviosos, vociferan y enrarecen el ambiente.

Muy poco de lo que se hace y se dice en estos días respecto de la paridad del peso frente al dólar, que ha superado el nivel psicológico de los 20 pesos por dólar, va a influir positivamente en la estabilidad de las finanzas nacionales y mundiales.

El peso baja y el dólar sube porque hay más personas que quieren vender sus pesos para tener dólares. Así, con esa perogrullada se puede entender la fuerza del mercado que tiene al peso en este proceso devaluatorio.

Hay, en la misma analogía del vuelo del peso frente al dólar, controladores aéreos que pueden redirigir el avión por una ruta menos turbulenta, aunque eso implique el uso de más combustible que podría ser necesario más adelante durante el vuelo.

El avión está diseñado para resistir esos movimientos, pero hasta cierto punto. Hay en el tablero de tantos indicadores uno que se encendió ya en amarillo y ése es el de la inflación.

Hay varias agujas que miden en ese vuelo los niveles inflacionarios. El más grande, el de la inflación general, está en verde sin avisos de emergencia, pero a un lado hay un testigo que marca la inflación al productor que empieza a pitar como advertencia.

Si en el reporte inflacionario que mañana da a conocer el Inegi deja ver con más intensidad el contagio de la depreciación cambiaria en los precios, no hay que descartar que independientemente de lo que decida hoy la Reserva Federal, la próxima semana el Banco de México opte por apuntalar su política monetaria con un nuevo incremento en la tasa de interés.

El verdadero riesgo de ver los dólares tan caros es que haya un contagio al resto de la economía y la inflación es uno de las variables más sensibles porque ésa sí le afecta a todos los mexicanos, no sólo a los que vieron frustrados sus planes de shopping en Miami.

Estamos en un vuelo complejo, turbulento, en los cielos cambiarios. Eso no lo podemos cambiar, lo que hay que cuidar es la estructura del avión y de paso no tener escenas de pánico entre los pasajeros para hacernos menos complicada la actual turbulencia cambiaria.

El complicado y turbulento vuelo del peso mexicano - val_int_peso_210916
Foto de El Economista