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México no quedó bajo los reflectores del WEF. Los problemas están en Ucrania y con los musulmanes.

1. La ausencia del presidente Peña Nieto generó muchas especulaciones en México y poco ruido en Davos. En buena medida porque la edición número 45 del WEF no tuvo presencia de mandatarios latinoamericanos. Dilma Rousseff se excusó para asistir a la toma de posesión de Evo Morales. Michelle Bachelet se dirigió a Nueva York para participar en la reunión del Consejo de Seguridad.

De Peña Nieto se dijo semioficialmente que no estuvo en Davos porque tiene un viaje a Centroamérica en los próximos días y luego hará una gira a Londres a principios de marzo. También se mencionó que tomó la decisión de asistir a la WEF uno de cada dos años.

2. La delegación del gobierno mexicano se enfocó en dos grandes temas: promoción económica y sector energético. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, fue en la práctica la cabeza visible del grupo mexicano. Participó en paneles, fue el anfitrión de la fiesta mexicana (organizada por ProMéxico) y además se reunió con la gente del foro para afinar lo que será la reunión de la WEF Latinoamérica de mayo, en la Riviera Maya. En el panel dedicado a América Latina en el que participó, Ildefonso Guajardo insistió en distinguir la economía de México del resto de América Latina. Respondió con humor a Alicia Bárcena, secretaria de la Cepal, quien le dijo: “Me preocupa que México tenga poco contenido nacional en sus exportaciones”. El secretario contestó: “A mí también. Mi trabajo depende de ello”.

3. El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, tuvo una presencia más discreta. Vino junto con Emilio Lozoya, director de Pemex, y Enrique Ochoa, director de la CFE. El equipo energético vino a hacer network y a mandar el mensaje de que la reforma energética ofrece oportunidades, al margen del precio del petróleo. Al parecer les fue bien. Luego de tantos años de restringir la inversión privada, México es una de las últimas fronteras que quedan en el mundo energético. Lozoya se dejó ver menos en el centro de Congresos de Davos . Ochoa se dio tiempo para escuchar conferencias y participar en una reunión con los 30 CEO electricistas más importantes del mundo.

4. Los empresarios, que deben pagar al menos medio millón de pesos para participar, fueron un grupo reducido. José Antonio Fernández, de FEMSA, Carlos Labarthe y Carlos Danel, de Gentera, y Alonso Quintana, de ICA. Asistieron por primera vez Gerardo Gutiérrez Candiani, del CCE, y Guillermo García Naranjo, de KPMG México. En términos generales, les sorprendió el énfasis del WEF en el tema de la inequidad y les agradó la atención que está poniendo en la transparencia y combate a la corrupción. Los dejó pensando la frase de Moisés Naím: “Se acabaron los tiempos de la convivencia pacífica con la inequidad y la corrupción”.

5. También del sector privado, Nicolás Mariscal, del grupo constructor Marhnos, recibió un fistol de reconocimiento por su constante participación en el WEF. Alejandro Ramírez, de Cinépolis, tuvo mucho juego en los eventos dedicados a jóvenes líderes. La única mujer empresaria que vino fue Angélica Fuentes, de Omnilife. Ella participó en paneles donde se discutió el nuevo rol de las mujeres.

6. El WEF dio poco juego a México. Los reflectores apuntan a otros lados. Los problemas están en Ucrania y con los musulmanes. Las oportunidades… en el futuro.