Qué sería del TRI, del aficionado, del negocio, sin ese rayito de esperanza, por ello de nueva cuenta, todos, hasta los escépticos, estarán pendientes del México vs Arabia Saudita, ya sea para ilusionarse o bien, confirmar que tenían razón
Quise esperar… todavía rebobinando una y otra vez en mi cabeza la desconcentración del minuto 64, todavía sin entender del todo por qué Gerardo Martino cambió en el partido que más estilo de juego tenía que mostrar, cierto estoy que no es momento de un discurso oportunista, también, que a pesar del 2-0, de las sensaciones de una bizarra Copa del Mundo, la lógica indica que todavía se puede.
Qué sería del TRI, del aficionado, del negocio, sin ese rayito de esperanza, por ello de nueva cuenta, todos, hasta los escépticos, estarán pendientes del México vs Arabia Saudita, ya sea para ilusionarse o bien, confirmar que tenían razón.
El sufrimiento tricolor no es algo nuevo, en el futbol hay aficiones que parecen condenadas a sufrir, donde la decepción es ese fiel acompañante de cada cuatro años, donde justificar el fracaso es la constante de los optimistas.
Antes del arranque de Qatar 2022, era impensado imaginar que ganarle a Arabia Saudita estaría en duda, también, y conforme el guion señala, si el TRI quería avanzar a octavos de final, ganarle a Arabia Saudita era una obligación, por ello el script no ha cambiado tanto, lo que si no imaginamos, era lo difícil que iba a ser para este grupo de jugadores marcar un gol en la Copa del Mundo.
Sigo pensando que haber perdido con Argentina era un resultado “normal”, esperado, lo que no concibo, es la poca generación de futbol en ofensiva de un equipo que más que nunca necesita goles.
Es tiempo de sacar la calculadora, el ábaco, la pluma, el cuaderno y hasta El Rosario, porque se viene una tarde llena de tensión, donde el morbo se adueñará de un pueblo que sigue creyendo que algún día puede ser potencia en el deporte más popular del mundo, porque también, históricamente, los incrédulos han tenido razón en el cuarto partido, hoy podrían tenerla desde el tercero, al final, cuando juega el equipo de todos, pocos pueden alejarse de la seducción y la ilusión que cada cuatro años genera la Selección Nacional.
Con la calculadora, el rosario y el gol
Hasta la próxima