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Después de la determinación de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de subir en un cuarto de punto su tasa de interés de referencia y tras leer sus preocupaciones para los meses por venir, no parece quedar duda de que hoy suben las tasas de interés en nuestro país.

Hoy, la junta de gobierno del Banco de México tiene su última reunión de decisión de política monetaria del año, justo un día después del encuentro de los banqueros de la Fed.

Como es sabido, los que toman decisiones monetarias en México tienen total autonomía para determinar lo que consideren como más prudente, por lo tanto no hay certezas de cuál será el movimiento.

El sentido común indica que la reacción lógica tras la Fed es subir las tasas de interés. Las apuestas van de los 25 a los 50 puntos base.

La proporción adecuada parecería medio punto porcentual, pero también es verdad que los banqueros centrales mexicanos deben dejar algo de parque para las decisiones difíciles que vienen el próximo año.

De hecho, tan pronto como inicie enero, el banco central mexicano habrá de revivir algo que tenía tiempo que no enfrentaba: una cuesta de enero.

Viene un aumento a los precios de las gasolinas, producto del proceso de apertura de ese mercado que se mantuvo cerrado por tantas décadas y esto promete dejar un primer aumento a partir el 1 de enero.

No está del todo claro de cuánto puede ser ese incremento, porque tampoco hay claridad sobre el esquema que habrán de aplicar para abrir el mercado gasolinero a la competencia.

Y es precisamente esta incertidumbre la que se ha apropiado de la plática cotidiana, por lo tanto empieza a generar incertidumbre y ésta es el alimento básico de la especulación.

Pueden venir aumentos preventivos o automáticos de muchas mercancías, porque creen que la gasolina más cara les afectará.

Entonces, lo que el banco central tiene por delante es buscar la moderación de estas expectativas. Una forma es con su política monetaria, con un aumento en el costo del dinero puede contener la inflación.

Pero antes que eso debe exigir al gobierno federal que sea claro en su política de precios de las gasolinas para el próximo año, que se defina muy bien cuál será el proceso de apertura por zonas, cuál será el precio de transición y cuál es la fórmula exacta para determinar el costo de las gasolinas.

Porque eso es mucho de lo que hoy no está bien explicado. El precio de la gasolina no se podrá fijar por capricho, tiene una serie de componentes fijos, con precios variables, que determinan el precio sin más.

Así que hoy que decide qué hacer con su tasa de interés, bien puede mandar ese mensaje de una necesaria claridad a la Secretaría de Hacienda para frenar la especulación.

En fin que hoy, además del previsible aumento de la tasa de interés de referencia del Banco de México, contará mucho el comunicado, su tono y sus mensajes para que preparen el terreno de batalla contra la inflación del próximo año.