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Banxico tiene margen para bajar más las tasas, dice Arturo Herrera. Podemos interpretar este comentario como una señal de que el secretario de Hacienda esperaba una baja más acentuada de las tasas, por ejemplo, 0.50% en vez de 0.25% que decidió la Junta de Gobierno del banco central, por tres votos contra dos.

En más de un sentido, el secretario tiene razón: la inflación anualizada en México es de 2.99%, lo que deja una tasa real mayor a 4.75 por ciento. El premio del Banxico a los inversionistas no ha bajado en los últimos dos meses, a pesar de dos recortes en las tasas. Esto es así porque, en ese periodo, el índice que mide la inflación ha registrado mayores descensos (0.79%) que las tasas de interés (0.75 por ciento). A favor de la opinión del secretario, de que hay margen para mayores bajas, también están las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos. Ha hecho dos reducciones, de 2.25 a 1.75% y se espera que haga otra más. ¿Lo hará la Fed, de nuevo? Si así fuera, agrandaría la brecha de rendimientos entre México y Estados Unidos. El Banxico ofrece ahora un rendimiento que es 6 puntos porcentuales más alto que el del banco central estadounidense. Esta diferencia es uno de los factores que atrae inversión de cartera del exterior y explica la fortaleza del tipo de cambio del peso.

¿De qué tamaño es el margen de maniobra del Banco de México? Bastante menor al que podría pensarse, si sólo se tomara en cuenta la inflación y el comportamiento de la Reserva Federal. Una baja acelerada de tasas por parte del Banxico podría meter presión al tipo de cambio del peso y descomponer parcialmente el cuadro de estabilidad macroeconómica. No es “culpa” del Banxico, pero hay algunos asuntos no resueltos que podrían encender la chispa de la especulación contra la divisa mexicana: el riesgo de una baja en la calificación de la deuda de Pemex; lo complicado que se ha puesto el proceso de aprobación del T-MEC en el Congreso de Estados Unidos y la ausencia de crecimiento de la economía mexicana. A esto hay que sumar un escenario internacional crispado, Estados Unidos vs China; Irán contra Arabia Saudita y Europa en ruta del enfriamiento económico.

¿Para qué servirían más reducciones de tasas del Banco de México? En teoría serían útiles para reactivar la economía. El dinero más barato puede ser un factor que facilite las inversiones y las compras de bienes duraderos, como electrodomésticos y automóviles. En la práctica, servirían de muy poco, si no se resuelven otras cosas. El mayor reto es poner en marcha la inversión productiva. Hasta el mes de junio registra una caída de 4.1%, en buena medida como respuesta a decisiones que han mermado la confianza de los inversionistas.

¿Podrá encontrar el gobierno la fórmula para restaurar la confianza empresarial? Ésa es la tarea principal de Alfonso Romo, el jefe de la Oficina de la Presidencia. Romo tiene un discurso articulado y una buena capacidad de convocatoria para reunir a empresarios con el presidente, pero… no ha logrado que las sonrisas de las fotos se traduzcan en buenos números. La baja de la inversión se refleja en un estancamiento en la creación de empleo formal y también se asoma en una merma en la confianza de los consumidores.

El Banxico bajó las tasas, pero hace falta mucho más para reactivar la economía. ¿Quién dará el paso?