Ya estamos (supuestamente) en la época más bonita del año. Las posadas, la Navidad y el Año Nuevo los tenemos prácticamente a la vuelta de la esquina. Por eso, durante todo este mes en “Política Gourmet” les traeré recetas especializadas para estar muy adhoc con esta temporada: bacalao de manifestantes, que puede hacer un excelente maridaje con … Continued
Ya estamos (supuestamente) en la época más bonita del año. Las posadas, la Navidad y el Año Nuevo los tenemos prácticamente a la vuelta de la esquina. Por eso, durante todo este mes en “Política Gourmet” les traeré recetas especializadas para estar muy adhoc con esta temporada: bacalao de manifestantes, que puede hacer un excelente maridaje con nuestro platillo de hace tres semanas, el ombudsman sellado (13 noviembre).
INGREDIENTES:
– 1 kilo de policías capitalinos bien picados en cuadros bien pequeñitos
– 1 kilo de policías federales igualmente bien picados en cuadros bien pequeñitos
– 2 kilos de manifestantes revoltosos y malintencionados bien remojados desde dos días antes en agua de vandalismo y maldad
– 4 litros de gasolina para preparar bombas molotov
– Charales al gusto, mientras más incautos mejor, para dejarlos bien encapsulados
– Dos ombudsman (una local y otro nacional) finamente picados
– Algunas docenas de empleados de la CNDH que solapen a los manifestantes
– Medio kilo de papas reporteras parciales
– Calles suficientes para sembrar el pánico a ambos sentidos
– Un par abogados (uno moreno y otro amarillo) que les valga pepino la ley
– Muchos borregos al gusto para rebosar el plato
– Litros de indiferencia
– Sal (mucha sal)
– Un chorrito de aceite de negligencia
– Litros y litros de agua tendenciosa
PREPARACIÓN:
Hay que cocer las papas reporteras en agua tendenciosa, mientras en una sartén se ponen 3 cucharadas de aceite de negligencia para dorar policías capitalinos y policías federales que se sazonarán junto a varios empleados de la CNDH que les anularán el sabor. Agregue poco a poco la indiferencia y los charales encapsulados. Ponga un poco más de agua tendenciosa. Enseguida vierta los manifestantes revoltosos junto a más charales encapsulados, los que le darán sabor a la receta serán los enmascarados, pero no exagere con éstos porque le pueden amargar el platillo. En caso de que algunos pocos policías se entremezclen con los revoltosos, desmenuce a los enmascarados y sazónelos con la gasolina para los cocteles molotov.
Una vez que lo sirva y a los comensales les caiga raro el sabor (seguramente van a decir que les sirvieron tiburón o cazón callejero), ponga poco a poco en los platos de todos los ombudsman bien picaditos para que se confundan con los manifestantes revoltosos y al final todos sean uno solo. ¡Qué más da!
Obviamente, para estar acorde a la circunstancia, cuando acabe de preparar esta receta, vandalice y destruya todo lo que se encuentre a su alrededor (la estufa, las cazuelas y cacerolas, cucharones, etcétera) y cuando salga de la cocina ponga cara de yo no fui, total… ¡los ombudsman lo van a proteger!
No se atragante con este platillo porque a lo largo de la temporada seguramente le seguiremos sirviendo más recetas indigestas que harán de sus fiestas decembrinas algo inolvidable y frustrante.
¡Buen provecho!
* Receta original del afamado chef de comida chatarra Sandino Bucio