La defensa del INE ha puesto a cada quien en su lugar. La marcha del 13 de noviembre pudo terminar en el Zócalo pero también tenía como destinatario a los líderes del PRD, del PAN, del PRI y de Movimiento Ciudadano
Quedan 12 meses para conjuntar la gran alianza que buscaría evitar la permanencia de la Cuarta Transformación y algunos sectores critican la postración de las fuerzas políticas ante la campaña anticipada promovida desde Palacio Nacional.
El intento oficialista de romper los bloques legislativos de contención, pero sobre todo la designación del candidato en el Estado de México habían alimentado la versión de una ruptura. Los promotores de Sí por México —la iniciativa ciudadana en la que confluyen una veintena de organizaciones de distinta envergadura— podrían quedar atrapados en los círculos concéntricos de las cúpulas partidistas… o dar un golpe de timón.
La defensa del INE ha puesto a cada quien en su lugar. La marcha del 13 de noviembre pudo terminar en el Zócalo pero también tenía como destinatario a los líderes del PRD, del PAN, del PRI y de Movimiento Ciudadano. Los “actores externos” tomará nuevamente las calles para materializar lo que ya expresaron en la mesa de negociaciones: la candidatura presidencial de la oposición debe tener un rostro apartidista.
La senda del 2024 tendrá, el próximo domingo 26, una parada importante. ¿Y un cambio de ruta? La siguiente etapa —de acuerdo con los dirigentes de las organizaciones ciudadanas— debe concentrarse en la definición de la agenda-país.
Los líderes partidistas han pugnado por una elección interna para definir al abanderado de la coalición; originalmente habían planteado que el INE validara ese ejercicio, pero los cambios inminentes en ese órgano autónomo no abren espacio al optimismo.
En el mejor escenario, esa interna —¿con debates y voto universal?— ocurrirá en algún momento, entre septiembre y diciembre próximos. Antes de Semana Santa, cuando el Congreso haya definido el futuro del árbitro electoral, la sociedad civil activará un mecanismo para seleccionar a un protagonista.
En la boleta electoral del 2024 no estará AMLO y tampoco habrá una figura carismática enfrente. “Más que un rockstar, hay que construir un dream team”, insistía —a finales de la semana pasada— uno de los líderes empresariales que ha participado activamente en la articulación de una opción alternativa.
Ni Messi ni M’Bapé, en la boleta electoral. ¿El incentivo de acabar con el lopezobradorismo es suficiente motor para un frente amplio opositor? ¿La polarización aumentará la apatía del electorado?
Esa “figura extrapartidista” seguirá a resguardo, para evitar que sea blanco de las campañas de acoso y derribo de los bots oficialistas, pero también de otras estructuras partidista que están de una figura que abra “una tercera vía”.
Por lo pronto, la sociedad civil regresará a las calles, el domingo 26, en la CDMX y otras 65 ciudades, incluidas Madrid y Washington D.C. El ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz, y la periodista Beatriz Pagés Rebollar serán oradores que recuperará el Zócalo para clamar #MiVotoNoSeToca.
Efectos secundarios
¿FULLERÍA? Fue una decisión estratégica: Al no rechazar las propuestas de Morena para los tres integrantes del Comité Técnico que revisará los perfiles para consejeros del INE, Rubén Moreira, Luis Espinosa Cházaro y Jorge Romero dejaron abierta la posibilidad de construir acuerdos con Ignacio Mier sobre lo que es más relevante, los perfiles de quienes substituirán a los cuatro consejeros electorales salientes. El coordinador de los diputados del PRI está convencido de que hay margen para lograr una integración adecuada del Consejo General del INE.
¿EXILIO? Luis Urrutia Corral deja la dirección jurídica del Banco de México, donde pasó una década. El exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera y expresidente del GAFI hará maletas. ¿Destino? Washington D.C., para ocupar un alto cargo en el Fondo Monetario Internacional.