La transmutación del PRD

Crisol de las izquierdas y la disidencia priista, el Partido de la Revolución Democrática acumula tres décadas de indefiniciones ideológicas y fracasos electorales.

En este lapso sólo tuvo dos candidatos a la presidencia: Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, quienes anteriormente militaron en el PRI y nunca concedieron una alianza con el PAN para sacar al PRI de Los Pinos.

Luego del segundo fracaso de AMLO en las contiendas presidenciales ocurrió el punto de inflexión. Los Chuchos ya controlaban al aparato partidista y decidieron —sin consultar con el líder tabasqueño— sumarse al Pacto por México.

Una parte del PRD siempre pugnó por la conformación de una coalición amplia. Un modelo a replicar era el Frente Amplio uruguayo; otro, el Frepaso argentino. En el otoño del 2015, los líderes perredistas definieron una política de alianzas con partidos y organizaciones de la sociedad civil que coincidieran con su propuesta de resistir un “gobierno autoritario” y reconstruir a la nación en un déjà vu al ideario de Rafael Aguilar Talamantes, el mentor de Jesús Ortega Martínez.

Entre el bipartidismo y la polarización, el PRD ha fracasado en la construcción de ese frente democrático-social. Su desempeño electoral, desde el 2015, inexorablemente ha quedado atado a las coaliciones con el PAN y el PRI.

Los resultados recientes resultan contundentes. Con Jesús Zambrano nuevamente al frente del partido, buscaron alcanzar una de votación de dos dígitos en las elecciones para diputados federales del pasado 6 de junio; obtener el triunfo en tres de las 15 gubernaturas en disputa, incluida prioritariamente la de Michoacán y “mínimamente duplicar las bancadas parlamentarias federal y locales; así como gobiernos municipales y buscar nuevos triunfos en las alcaldías de la Ciudad de México”.

Para las elecciones concurrentes del pasado 6 de junio, la dirigencia perredista aceptó sumarse al PRI y el PAN en una coalición parcial que buscó construir “una nueva mayoría” en la Cámara de Diputados.

Lo partidos integrantes de Va por México sumaron 40% de la votación nacional, pero los perredistas obtuvieron triunfos en siete distritos y consiguieron ocho diputados plurinominales.

De las siete fuerzas políticas con registro nacional, el PRD ocupa la sexta posición, con 1.8 millones de votos. Movimiento Ciudadano, sin aliados, obtuvo el doble de esa votación.

Hace tres años, luego del triunfo de AMLO, los dirigentes perredistas volvieron a poner en la mesa su propuesta de lanzar un frente amplio. Incluso ofrecieron el registro ante el INE. Este mediodía, Zambrano Grijalva presentará la nueva faz del partido, que aspira convertirse en una organización “democrática y liberal” para el siglo 21. Al Exconvento de San Hipólito, en el centro histórico de la Ciudad de México, están citados los 15 diputados y los tres senadores de la 65 Legislatura del Congreso de la Unión. Un escenario imponente para una organización condenada a la extinción, aunque le cambien el logotipo o la denominación.

Efectos secundarios
INCERTIDUMBRE. Las auditorías en el Aeropuerto Internacional de Toluca desvelaron errores y omisiones de la actual directiva. Además de la irregular condonación de adeudos, están la cancelación unilateral de contratos y el rechazo a propuestas de modernización, entre ellas el traslado de pasajeros en la zona de hangares. Las áreas auditadas son la dirección comercial, a cargo de Lilián Huacuja y la dirección de operaciones, donde despacha Eduardo Laris McGregor. Del director general, Federico Bertrand Rubio, no hay noticias recientes. Tampoco, de las denuncias anónimas por el robo de combustible presentadas ante el OIC.

DESAPERCIBIDO. El apagón de las redes sociales opacó una noticia de impacto global: la filtración de documentos internos de Facebook que exhiben las debilidades de Instagram, Facebook y WhatsApp. Los documentos —divulgados por The Wall Street Journal—incluyen un memorándum elaborado por un exinvestigador del FBI que hace 10 meses expuso las cuentas utilizadas por el Cartel Jalisco Nueva Generación para reclutar, entrenar y pagar a sicarios. Otros documentos internos apuntaron a las bandas de polleros que en Facebook e Instagram enganchan a migrantes que tratan de ingresar sin documentos a la Unión Americana. Facebook tenía al Cartel Jalisco Nueva Generación en su listado de “personas y organizaciones peligrosas” y en cumplimiento de sus políticas internas, las páginas bajo las siglas CGNJ debían haber sido automáticamente eliminadas de la plataforma, pero Facebook no eliminó totalmente los sitios del cartel.