Elecciones 2024
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La única vez que Andrés Manuel López Obrador utilizó la aviación privada para sus traslados ocurrió en la campaña presidencial del 2012. Para evitar el cruce por La Rumorosa y un trayecto de casi cuatro horas por tierra, llegó en un taxi aéreo a San Luis Río Colorado —rentado por su amigo, el empresario Jaime Bonilla— acompañado de su comitiva y un pool de prensa nacional.

Seis años después, la austeridad republicana volvió a ser una de sus principales ofertas de campaña. La diferencia, de las dos anteriores, fue el énfasis en la promesa de vender el Boeing 767 matrícula TP-01.

Hasta ahora no ha habido venta, sino rifa para el avión presidencial usado durante el peñismo. Los traslados en primera clase y la renta de vuelos charter quedaron sujetos a causas de fuerza mayor, de conformidad con lo establecido en el artículo 23 de la Ley Federal de Austeridad Republicana.

En el primer tramo de su sexenio, el Ejecutivo federal sólo ha usado helicópteros militares para supervisar las megaobras del sexenio y para atender a la población civil en conflagraciones. Aunque a finales del año pasado, el alto mando castrense lo convenció de usar sus aviones. AMLO accedió luego de comprobar que los horarios de las rutas comerciales eran cada vez menos compatibles con la agenda presidencial.

La Secretaría de Hacienda realizó una búsqueda entre las aeronaves del gobierno federal. Un King Air 350, asignado a la Exportadora de Sal, estaba en Guerrero Negro y podría ser útil en las conexiones de la comitiva presidencial en el Pacífico. Pero cuando quisieron hacer una revisión física del aparato —fabricado en 1997— descubrieron que llevaba más de un año embargado por una empresa especializada en consultoría aeronáutica, a la que se le deben dos millones de dólares por su Overhaul.

La directiva de ESSA, encabezada entonces por Antonio Avilés, autorizó pagos por 20.1 millones de pesos para reparar al King Air 350, pero no pudo acreditar ante los auditores la realización del servicio. Y además erogó 719,319 pesos por la estancia de dicha aeronave en el hangar de Socal Jet Services en Long Beach.

En el 2020, adicionalmente, la empresa paraestatal cotizó vuelos charters con al menos dos empresas del ramo: Aéreo Servicios Guerrero y Calafia Airlines. La primera obtuvo el contrato, originalmente por un año, aunque firmó una ampliación para ampliar su vigencia al 31 de marzo del 2021, con un importe mínimo de 480,000 pesos y un máximo de 1.2 millones de pesos.

Ambas empresas también concursaron por el contrato de servicios de transporte aéreo de personal desde Guerrero Negro, con destinos a Isla de Cedros, Ensenada, Hermosillo y Guaymas, con costos desde un millón de pesos —mínimo— y hasta hasta 2.2 millones de pesos.

Después de requerir información a la contratante y al proveedor, la ASF pudo determinar que entre enero del 2020 y marzo del 2021 fueron trasladadas 885 personas —incluidos cinco infantes y 18 “children”— en esos itinerarios. “Sólo 499 tienen o tuvieron un tipo de relación laboral con ESSA, por lo que 386 pasajeros no formaron parte de los empleados de la empresa”, concluyeron.

El King Air 350 de ESSA no puede ser utilizado ni siquiera por la secretaria Tatiana Clouthier. Hacienda encontró un Grumman que usaba el Banco de México para trasladar al Presidente de la República. Esa aeronave ya forma parte de la Fuerza Aérea.

Efectos secundarios
DIFERENCIADORES. Mauricio Kuri presentó el Plan de Desarrollo Estatal para Querétaro y refrendó que está decidido a concretar su propuesta de convertir a la entidad en un referente nacional, no sólo por su progreso y buenos resultados en materia de seguridad, sino también por su palpable diferencia de desarrollo económico y certidumbre jurídica.