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Antes de el Norteño, Jorge Edson Zúñiga fue repartidor de una carnicería en el mercado de Las Bombas e integrante de la tripulación del Learjet 24, matrícula XB-DZR, que encabezaba el capitán Chávez y estaba al servicio de la secretaria general del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales.

La aeronave había sido adquirida por anterior dirigente de la organización magisterial, Carlos Jonguitud Barrios, quien dejó las riendas del sindicato a La Maestra en 1991 y desde entonces fue visitante frecuente de los hangares de aviación civil de toda la República Mexicana.

A finales del sexenio salinista, Gordillo Morales prefería despegar de Toluca, aunque el SNTE también pagaba por la renta de un hangar en el AICM. La tripulación era completada por Juan Rodolfo Zúñiga, hermano de el Norteño —comediante de altos vuelos actualmente— quien tenía diabetes tipo II. Ambos, como su padre y su hermana, habían estudiado aviación.

A dos décadas de su primer gran éxito (El Compayito), Zúñiga nunca ha olvidado sus orígenes familiares y su nexo con el mundo aeronáutico, del que ahora se saben más detalles a raíz de la entrevista que Yordi Rosado difundió por su canal de YouTube.

Plagada de anécdotas hilarantes, la entrevista no tiene desperdicio. El Norteño fue ahijado de Raúl Velasco y en su carrera como comediante ha tratado con poderosos, ya sean los jefes de la Familia Michoacana, los Beltrán Leyva o la lideresa magisterial. “Es gente igual que nosotros”, explica a Rosado.

“Tenía cargas emocionales y laborales enormes”, dice sobre Elba Esther, quien a menudo bebía y en esa condición alguna vez trató de seducirlo.

¿Anécdota menor? La lideresa del SNTE fue aprehendida por las Fuerzas Federales el 26 de febrero del 2013 en el aeropuerto de Toluca, al que había arribado —procedente de San Diego, California— como única pasajera de un Citation Encore, matrícula XA-UEF, que fue incautado por la entonces PGR.

Durante cinco años, Gordillo Morales estuvo bajo proceso penal, acusada de defraudación fiscal y lavado de dinero. En autos quedó constancia de que la aeronave —valuada en 3.9 millones de dólares— era propiedad de Comercializadora GC, la agencia de viajes que era propiedad de Zoila Estela Morales Ochoa, madre de la educadora chiapaneca.

La opulencia de Elba Esther quedó capturada en libros y expedientes judiciales. Ante los juzgadores, empero, mantuvo inalterada la versión que ha repetido a lo largo de los últimos tres lustros: tras del fallecimiento de su madre, heredó las acciones de dos inmobiliaria y tres empresas, además de 200 obras de arte. La riqueza de las Morales tendría sus orígenes en su natal Comitán, donde el abuelo Rubén vendía aguardiente.

Los rastros de esa historia son difusos, ¿irrastreables? Han pasado casi seis décadas de que Elba Esther, su madre y hermana Martha Leticia, dejaron Comitán para instalarse en el Distrito Federal.

La maestra fue absuelta tres meses antes de que concluyera el sexenio peñista y desde entonces ha mantenido una discreta, pero incesante actividad político-sindical, no obstante, sus problemas de salud y la contingencia sanitaria.

Desde entonces ha trabajado en los últimos años en el vaciado de sus memorias. Sería la continuación de esfuerzo iniciados hace tres lustros, cuando trató de restaurar su reputación, dañada por un sector del panismo. Entonces, sus cercanos querían una biopic cuya protagonista sería Jacqueline Andere.

En el 2018, luego de su exoneración, vino un segundo intento que Fernando González, yerno de la lideresa magisterial, encargó al publicista Hugo Scherer. La base de esa docuserie serían las conversaciones de Elba Esther con reporteros de El País-México. Del proyecto habría salido Scherer. Pero La Maestra ha trabajado con un excolaborador del canciller Marcelo Ebrard Casaubón.

Javier Jileta Verduzco es la adquisición más reciente del gordillismo. Economista del ITAM, con un posgrado en Planeación y Desarrollo Urbano, estuvo a cargo de la task force que integró el portafolio de vacunas adquirido por el gobierno de México hasta que fueron públicos sus nexos con ESP y Nexivm, en el verano del año pasado.

“Nunca tuvo conocimiento ni participación alguna en ese tipo de actividades”, refutó cuando se le vinculó con Kieth Rainere, “en el año 2015 tomé distancia del programa, una vez que inicié mis estudios de posgrado. Durante el tiempo que tomé dichos talleres, nunca observé alguna actividad irregular”. Sobre su cercanía con Rainere y Nancy Salzman, nunca hizo comentarios.