Un club selecto recibe cada semana el diario de Ricardo Bada, polígrafo de todos los registros. Con el envío viene siempre una “frase de la semana”, por lo común una joya aforística. La de la última entrega fue del insondable Heráclito: “Muerte son todas las cosas que vemos despiertos. Todas las cosas que vemos dormidos, … Continued
Un club selecto recibe cada semana el diario de Ricardo Bada, polígrafo de todos los registros.
Con el envío viene siempre una “frase de la semana”, por lo común una joya aforística. La de la última entrega fue del insondable Heráclito: “Muerte son todas las cosas que vemos despiertos. Todas las cosas que vemos dormidos, sueños, y todo lo que no vemos, vida”.
Como toda traducción admite versiones, me atreví a proponerle a Bada una versión alterna: “Vida es lo que vemos despiertos. Lo que vemos dormidos son sueños, y todo lo que no vemos, muerte”. Dicho más laxamente: “Vida es todo lo que vemos despiertos. Lo que vemos dormidos son sueños. Y todo lo que no vemos ni dormidos ni despiertos es la muerte”.
Fui después a ver la traducción de ese fragmento en la antología de los presocráticos que publicó José Gaos. Ahí, el fragmento es más escueto y enigmático. Confirma el sentido de la versión de Bada, desmiente la mía: “Muerte es cuanto despiertos vemos; cuanto dormidos, sueño”.
Una versión inglesa del sitio dedicado a Heráclito de la Universidad de Oklahoma dice a la letra, en línea con la cita de Bada, “All the things we see when awake are death, even as all we see in slumber are sleep”. (Todas las cosas que vemos despiertos son muerte, igual que todo lo que vemos al dormir es sueño”.
Heráclito dice en efecto que lo que vemos despiertos es o está muerto. De acuerdo, pero entonces ¿cuándo podemos ver, percibir y entender la vida, lo vivo?
El estudioso Gustavo Fernández Pérez ofrece una respuesta heracliteana. Es esta:
“El despierto descubre que vida y muerte están ligadas, pero los más de los hombres viven aletargados en una falsa apariencia, son incapaces de conocer el verdadero sentido de lo que ven: duermen mientras creen estar despiertos y se asemejan a muertos mientras realmente duermen. Este hecho refleja por otro lado la esencia misma del pensamiento humano, que despierta de pronto para hundirse de nuevo en la perplejidad, como el rayo, manifestación de la razón cósmica universal, que nos deja ver todo en la noche para devolvernos de súbito a la oscuridad”. (http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/76242/1/DFLFC_Fernandez_Perez%20_G_Heraclito.pdf).