500 millones de pesos es la costosa apuesta de Cuitláhuac para que las urnas electorales se llenen con boletas de ilusión el próximo 2 de junio
El estado de Veracruz es víctima una vez más del engaño de su gobernador, Cuitláhuac García Jiménez .
Aprovechar el ánimo festivo provocado por la final en el futbol nacional – América o Cruz Azul-, qué mejor para colgarse de él y querer llevarlo a las urnas el próximo 2 de junio, es el empeño de Cuitláhuac García.
La afición por el futbol en Veracruz es mayúscula y montándose en ella, el gobernador ha prometido a voz en cuello que el estadio jarocho “Pirata Fuente”, antigua casa del exequipo de primera división, abrirá sus puertas para deleite de los gustadores del deporte de la patada.
Nada más falso que hacer realidad esa promesa.
El estadio en cuestión cerró sus puertas hace más de 10 años debido a una demanda laboral que perdió el gobierno; el laudo fue aprobado por el Congreso local y publicado en la Gaceta Oficial.
Esta demanda fue de la mano de otra, ésta ante la FIFA.
Una por 160 mdp la laboral y la de FIFA por 240 mdp que, de no cubrirse, hace imposible el retorno del futbol a Veracruz.
Cuitláhuac ha respondido que no pagará un quinto y, a sabiendas de la consecuencia, no ceja en asegurar que el “Pirata Fuente”, estadio que lleva el nombre de un futbolista jarocho nacido en 1914, primer mexicano en incursionar en las canchas europeas a mediados del siglo XX , abrirá sus puertas pronto.
Le ha apostado a este engaño para que los aficionados depositen su boleta de ilusión en las urnas el 2 de junio, a favor de su candidata, la zacatecana, Rocío Nahle.
Cuitláhuac ha echado mano nada menos que de 500 millones de pesos del erario veracruzano para hacer algunos arreglos al estadio en cuestión y con eso, los potenciales votantes, vean acción en el maquillaje del inmueble.
500 millones de pesos es la costosa apuesta de Cuitláhuac para que las urnas electorales se llenen con boletas de ilusión el próximo 2 de junio.
500 millones de pesos arrebatados a la salud, a la alimentación, a la seguridad, a la paz, al progreso y a la dignidad de los veracruzanos. Eso no lo merecen estos mexicanos secuestrados por la corrupción, la impunidad y la ineptitud de su gobernante Cuitláhuac García Jiménez.
¡Digamos la Verdad!