Elecciones 2024
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Según dijo ayer el Presidente, su tarea implica saludar a “delincuentes de cuello blanco”… que no ha denunciado penalmente.

“A veces le tengo que dar la mano, porque ese es mi trabajo, a delincuentes de cuello blanco que ni siquiera han perdido su respetabilidad (sic)”, dijo para justificar su saludo del domingo a la mamá de El Chapo Guzmán en el narcosantuario de Badiraguato, Sinaloa.

En su mañanera que tanto interés despertó por solicitarse a los medios radiales y televisivos cubrirla, lejos de anunciar algo que explicara la virtual cadena nacional, Andrés Manuel López Obrador arremetió de nuevo contra imaginarios adversarios que, aseguró, están en la “desesperación” y lo atacan porque “quieren que se mantenga el mismo régimen de corrupción: por eso quisieran que yo desapareciera ya, que me vaya a retiro, a cuarentena”. Fue claro que aludía a las críticas, inclusive de sus correligionarios, a su riesgosa exposición a la pandemia.

“Ayer hablaba yo de eso. Imagínense, en política nunca hay vacíos de poder, siempre se llenan. Si no hay conducción, pues entonces les dejamos el terreno a estos irresponsables, conservadores corruptos. ¡No! Va a seguir habiendo conducción responsable para la transformación del país y al mismo tiempo vamos a salir airosos de esta epidemia. ¡Y ánimo, mucho ánimo!: vamos a vencer, vamos a triunfar”, prometió.

Su aprensión sin embargo es tan injustificada como explicable que la canciller Ángela Merkel o el primer ministro Boris Johnson, al igual que los gobernadores mexicanos de Hidalgo y Tabasco, vivan en cuarentena sin que les inquiete que alguien les aplique lo de quien va a la Villa pierde su silla.

El soliloquio del Presidente incluyó un incomprensible reconocimiento a lo que supone “apoyo” a su gobierno pero que responde al simple instinto de sobrevivencia: el encierro voluntario de la población para evitar contagios.

La conferencia se animó con una deslumbrante puntada, al decir que el gobierno estadunidense (que destinará 250 mil millones de dólares –un quintillón 750 mil millones de pesos mexicanos o 575 seguido de diez ceros– a individuos y familias –mil 200 dólares o 27 mil 600 pesos por adulto, más 500 dólares o en pesos 11 mil 500 por cada menor de 17 años) le copió al suyo la receta del reparto de dádivas a los necesitados:

“Me llamó la atención el que todo ese dinero lo van a entregar de manera directa a la gente, sin intermediarios, directo a las familias. Esto es muy importante, porque el modelo es nuestro. Desde luego no cobramos derecho de autor, pero nos da gusto que lo que se está haciendo aquí se aplique a nivel mundial”.

No faltó el disco inútil y rayado del pobre procurador del consumidor provocando bostezos: de las 12 mil 500 gasolineras que hay en el país, “las pasadas de rosca” no pasan de 200 y el más “pasado de listo” es un tal Calixto García “en Mazapil, Zacatecas”.