Abuelas de Plaza de Mayo es un movimiento surgido en Argentina el siglo pasado, durante la dictadura militar de las décadas de los años 70 y 80
La presidenta y fundadora de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Estela de Carlotto, mostró su apoyo a las madres buscadoras de desaparecidos en México y las exhortó a “llorar en casa y luchar fuera”.
“A luchar bien, a hermanarnos, a decir se puede, a llorar en casa y luchar fuera. No den lástima, que les tengan miedo, porque están pidiendo lo que corresponde”, dijo De Carlotto en un evento celebrado en Ciudad de México, al que acudieron varias mujeres mexicanas con familiares desaparecidos.
La asociación civil Abuelas de Plaza de Mayo es un movimiento surgido en Argentina el siglo pasado, durante la dictadura militar de las décadas de los años 70 y 80, periodo en el que al menos 30 mil personas fueron víctimas de desapariciones forzadas.
En una nueva visita a México, país que sufre una crisis de desaparecidos con más de 110.000 víctimas, para participar en el conversatorio “Democracia, memoria y derechos humanos: una mirada argentina” organizado por la Universidad Claustro de Sor Juana, De Carlotto dijo a las mujeres que deben “exigir a quien tiene que responder que lo haga”.
“Hay que seguir, nunca hay que bajar los brazos, nunca hay que desear el mal por el mal que nos hicieron”, manifestó.
La activista argentina, cuya hija fue secuestrada y desaparecida a finales de los años 70 mientras estaba embarazada, hizo alusión al caso Ayotzinapa, uno de los sucesos más representativos de la crisis de derechos humanos que sufre México.
El 26 de septiembre de 2014, 43 estudiantes desaparecieron en la ciudad de Iguala, situada en el occidental estado de Guerrero, y el caso todavía sigue sin esclarecerse.
“Yo estaba acá cuando desparecieron los estudiantes, en una feria del libro, y estuvimos con tres padres que no sabían qué hacer, desesperados. Les enseñamos lo que pudimos, le dimos los consejos de no aislarse, no enojarse”, recordó.
Además, De Carlotto celebró la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos en Argentina, que empezó a cotejar la sangre de los familiares de desaparecidos con las víctimas y hasta ahora ha conseguido encontrar a 132 de los 500 niños que fueron secuestrados y desaparecidos durante la dictadura.
“Todos los países que tiene este problema de la búsqueda de desaparecidos tendrían que tenerlo (el Banco de datos Genéticos)”, propuso.
El pasado 29 de mayo, después de años de reclamos por parte de las organizaciones civiles, empezó a operar en México el Banco Nacional de Datos Forenses (BNDF), una base de datos que pretende contribuir a la identificación de las personas desaparecidas.
Con información de EFE