
En su primer debate por la nominación presidencial demócrata, el senador y la ex secretaria de Estado intensificaron sus ataques
Los aspirantes demócratas, Bernie Sanders y Hillary Clinton, coquetearon esta noche a los electores hispanos y afroamericanos, en vísperas de la próxima elección primaria de mayor diversidad étnica.
En su primer debate por la nominación presidencial demócrata, el senador Sanders y la ex secretaria de Estado intensificaron sus ataques, incluso cuando en momentos hicieron a un lado a las dos periodistas que actuaron como moderadoras.
Sanders pareció llevarse la noche cuando recordó dos veces a Clinton “usted no es presidenta todavía”, después de que la ex senadora demócrata por Nueva York ofreció respuesta asumiendo un tono presidencial.
Con las primarias de Nevada en puerta, los dos contrincantes buscaron atraer a los electores hispanos y afroamericanos, quienes representan poco menos de la mitad de la población de ese estado, todavía predominantemente blanco.
Sanders ofreció una reforma del sistema judicial para enfrentar la elevada tasa de encarcelamiento que ha colocado a Estados Unidos como el país con la mayor población carcelaria del mundo, y que afecta desproporcionadamente a afroamericanos e hispanos.
Ofreció que bajo su gobierno “dejaremos de tener más gente en cárceles que otros países”, y además desmilitarizar los cuerpos de policía para “dejen de parecer una fuerza de ocupación”.
En su argumentación sobre la desproporcionada inequidad en la tasa de encarcelamiento, Sanders acusó que el consumo de mariguana ocurre a niveles similares en las comunidades blancas que afroamericanas.
Clinton a su vez prometió empleos, educación y vivienda como fórmula para contrarrestar la falta de oportunidades entre los jóvenes afroamericanos.
Las diferencias de posiciones volvieron a quedar en evidencia en el tema migratorio, uno de los más pesados en el ánimo de los electores hispanos a través del país.
Sanders denunció la política de deportaciones del presidente Barack Obama de familias y menores centroamericanos y prometió dejar esta práctica en caso de ser electo presidente.
Clinton dijo respaldar a Obama, pero evitó denunciar las deportaciones, y ofreció en cambio brindar consejería legal a cada familia y menor para que tengan la representación necesaria al comparecer antes las cortes de este país.
En dos horas de debate en la sala de conciertos Hellen Bader de la Universidad de Wisconsin en Milwaukee, los dos aspirantes marcaron posiciones y contrastes en otros temas como la economía, el sistema de salud, el aborto y los casos de Siria y Rusia.
Sanders en un momento felicitó a Obama por el restablecimiento de relaciones con Cuba, expresando su expectativa “de que podamos terminar con el embargo” comercial que pesa sobre la isla desde hace más de medio siglo.
El veterano político y la exprimera dama se mostraron combativos en todo momento, aunque fue Sanders quién pareció mas certero en sus ataques, cómo cuando recordó a Clinton que contendió contra Obama en una elección luego que esta lo acusó de atacar al mandatario.
“Uno de nosotros contendió contra Barack Obama y yo no fui ese candidato”, reviró Sanders al ataque de Clinton, que en todo momento hizo un consistente defensa del mandatario, con quien el senador reconoció tener diferencias “como todos los políticos”.