En diciembre de 2018, un concilio que se reunió en Kiev aprobó la creación de una nueva Iglesia ortodoxa en Ucrania
El patriarca Bartolomé de Constantinopla firmó este sábado en Estambul el decreto que confirma formalmente la creación de una Iglesia ucraniana independiente de Moscú, señaló un periodista de la AFP.
“Queridos ucranianos, ¡es un gran evento histórico! Es un gran día”, declaró el patriarca, dando las gracias al presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, que asistió a la ceremonia para firmar este decreto.
“Una vez más, palabras de gran gratitud en nombre del pueblo ucraniano, en nombre de nuestra nación, por Su Santidad”, prosiguió Poroshenko. “Nos llevó mucho tiempo llegar a este punto”, añadió.
El expresidente ucraniano Víctor Iuchenko también estaba presente en la ceremonia, cuya fecha coincidió con la víspera del Domingo de Reyes, una de las principales celebraciones de los cristianos ortodoxos.
En octubre de 2018, el patriarcado de Constantinopla tomó la decisión histórica de reconocer una Iglesia Ortodoxa independiente en Ucrania. La decisión provocó la ira de la Iglesia rusa, que denunció un “cisma” y rompió sus lazos con Constantinopla.
Con sede en Estambul –la antigua Constantinopla, capital del imperio bizantino antes de la conquista otomana en 1453– el patriarca de Constantinopla es considerado como “el primero entre sus iguales” y ejerce una primacía histórica y espiritual sobre los otros patriarcas del mundo ortodoxo.
En diciembre de 2018, un concilio que se reunió en Kiev aprobó la creación de una nueva Iglesia ortodoxa, poniendo fin a 332 años de control religioso ruso sobre Ucrania y eligió al metropolita Iepifani, nacido Serguéi Dumenko, de 39 años, como su jefe.
La nueva Iglesia reúne a dos formaciones ortodoxas, el patriarcado de Kiev autoproclamado en 1992 y que tiene el mayor número de fieles según los sondeos, así como la minúscula Iglesia autocéfala.
La tercera rama, leal al patriarcado de Moscú, que perdió una parte de sus fieles desde el inicio de la crisis con Rusia, en 2014, pero que aún cuenta con un gran número de parroquias en Ucrania, rechazó el concilio y lo tachó de “ilegal”.
Las tensiones religiosas son un nuevo episodio del divorcio político, cultural y social entre Kiev y Moscú desde la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014, y el inicio de un conflicto armado entre el ejército ucraniano y los separatistas prorrusos.
Con información de AFP