Realizado con la técnica de la “sanguina”, el autorretrato muestra al detalle la apariencia de un Da Vinci anciano
“Autoretrato” (1515) -el único dibujo conocido que el genio renacentista hizo de sí mismo- será la pieza central de la exposición Leonardo da Vinci. Autorretrato, que consta de tres secciones en donde el espectador podrá conocer algunos detalles y controversias sobre la vida de este polifacético y enigmático artista.
Alojada en los Museos Capitolinos de Roma, desde hoy hasta el 3 de agosto, la obra tuvo que ser sometida a un profundo proceso de restauración por su alto grado de deterioro.
Gran parte de su deterioro se debió a su exposición entre 1929 y 1930, cuando la obra fue colgada en una pared y expuesta a la luz, lo que provocó las manchas oscuras que parecen quemaduras y que pueden apreciarse sobre el papel.
La obra fue trasladada en tren desde la Biblioteca Real de Turín, al norte de Italia, en medio de grandes medidas de seguridad, según informó la Consejería de Cultura y Turismo del ayuntamiento romano.
La obra
Realizado con la técnica de la “sanguina”, que le otorga su característico color rojizo, el autorretrato muestra al detalle la apariencia de Da Vinci anciano, con barba, pelo largo y numerosas arrugas repartidas por todo su rostro.
En cuanto a la pobre calidad del papel en el que está dibujado el autorretrato, “refleja los hábitos de Leonardo, para quien un dibujo a lápiz, tinta o pastel servía sólo como modelo y no tenía un valor en sí”, explicó Maria Cristina Misiti, directora del Instituto Central para la Reparación y Conservación del Patrimonio Archivístico y Librero, la máxima institución italiana en la protección de libros y papeles, donde la obra fue sometida al proceso de limpieza.
En la muestra el dibujo está expuesto en una suerte de caja hermética a una determinada temperatura y humedad constantes, así como un instrumento registra a cada momento del día y de la noche los datos ambientales, que luego son enviados tanto a la Biblioteca Real de Turín como al Instituto Central para la Reparación y Conservación del Patrimonio Archivístico y Librero.
Da Vinci murió en 1519 y dejó en herencia sus manuscritos, dibujos y notas a su fiel colaborador Francesco Melzi. La última vez que “Autoretrato” fue expuesto en la Biblioteca Real turinesa fue en octubre del año pasado.
“Ese rostro evocador e inconfundible es tan familiar que hace sentir que Leonardo está vivo, entre nosotros”, dijo sobre la obra el alcalde de Roma, Ignazio Marino, quien destacó que gracias al diseño, “todos hemos reconocido al genio”.
En abril, los diseños de Leonardo da Vinci fueron reunidos en una mega exposición en Milán, considerada la más grande dedicada al genio renacentista. Allí, hasta el 19 de julio, se exhiben también sus grandes cuadros y varias de sus revolucionarias máquinas como el carro automotor.
Con información de EFE y ANSA