Se espera que la deuda pública mundial supere los 100 billones de dólares o el 93 por ciento del PIB mundial para finales de año
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó que la deuda pública mundial es excesivamente elevada y que los niveles futuros de deuda podrían ser incluso más altos de lo estimado, por lo que se requieren ajustes fiscales mucho mayores que los proyectados para estabilizarla o reducirla.
Así se desprende de un capítulo del Monitor Fiscal publicado este martes, unos días antes de que la institución celebre sus reuniones anuales, en las que se publicará el informe completo.
Se necesita un ajuste fiscal acumulado del 3 al 4.5 por ciento del PIB, en promedio, para estabilizar o reducir la deuda, señala el fondo. La magnitud del ajuste fiscal requerido es mayor que la proyectada actualmente, casi el doble del tamaño de los ajustes anteriores, especialmente en aquellos países donde no se proyecta que la deuda se estabilice.
Según el reporte, se espera que la deuda pública mundial supere los 100 billones de dólares o el 93 por ciento del Producto Interno Bruto mundial para finales de este año y que se acerque al 100 por ciento del PIB para 2030. Esto representa 10 puntos porcentuales del PIB más que en antes de la pandemia, en el año 2019.
Esto se debe a que los altos niveles de deuda actuales amplifican los efectos de un crecimiento más débil o de condiciones financieras más restrictivas y mayores diferenciales sobre los niveles futuros de deuda.
Por ello se estima que la deuda mundial en riesgo —el nivel de deuda futura en un escenario adverso extremo— será casi 20 puntos porcentuales del PIB más alta dentro de tres años que en las proyecciones de referencia de las Perspectivas de la economía mundial, y llegará al 115 por ciento del PIB en 2026.
El panorama no es homogéneo y se espera que la deuda pública se estabilice o disminuya en dos tercios de los países.
En el caso de las economías avanzadas en su conjunto, la deuda en riesgo a tres años ha disminuido algo desde los picos de la pandemia y se estima en el 134 por ciento del PIB, mientras que la deuda en riesgo ha aumentado al 88 por ciento del PIB en el caso de las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Los países en los que no se prevé que la deuda se estabilice representan más de la mitad de la deuda mundial y alrededor de dos tercios del PIB mundial.
El FMI alerta además que los altos niveles de deuda y la incertidumbre en torno a la política fiscal y monetaria en países de importancia sistémica podrían aumentar la volatilidad de los rendimientos soberanos y los riesgos de deuda para otros países.
“El discurso político sobre cuestiones fiscales se ha inclinado cada vez más hacia un mayor gasto público en las últimas décadas. La incertidumbre en materia de política fiscal ha aumentado y las líneas rojas políticas en materia de tributación se han vuelto más arraigadas”, señala el FMI.
Todo ello en un panorama mundial en el que las presiones sobre el gasto para abordar las transiciones ecológicas, el envejecimiento de la población, las preocupaciones de seguridad y los desafíos de desarrollo de larga data están aumentando.
Es por ello que se requieren ajustes fiscales mucho mayores ya que “reconstruir los amortiguadores fiscales de una manera favorable al crecimiento y contener la deuda es esencial para asegurar finanzas públicas sostenibles y la estabilidad financiera”.
Con la moderación de la inflación y la expectativa de que los bancos centrales flexibilicen la política monetaria, las economías “están mejor posicionadas para absorber el efecto económico del ajuste fiscal”.
El informe sostiene que los países deberían afrontar ahora los riesgos de la deuda con políticas fiscales cuidadosamente diseñadas que protejan el crecimiento y a los hogares vulnerables, aprovechando al mismo tiempo el ciclo de flexibilización de la política monetaria.
Con información de EFE