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¿Existe el dopaje en el ajedrez?

En 1999, se realizó el primer control antidopaje del ajedrez en España, durante el campeonato nacional en Cala.

La mayoría de los ajedrecistas orinan mucho en las partidas por la tensión nerviosa, por lo que en ese momento, todos los elegidos para el control tenían problemas para depositar su muestra al final de la jornada.

Desde ese momento, no ha habido un solo caso positivo, solo jugadores sancionados por negarse a pasar el control, pues les parece una formalidad inútil.

De acuerdo con el diario El País, médicos consultados coinciden en que las anfetaminas o los betabloqueantes pueden mejorar el rendimiento en momentos específicos, pero lo más probable es que sean contraproducentes.

Un betabloqueante podría ayudar a un jugador a planear mejor en las primeras horas de una partida, pero en contraparte, le podría perjudicar cuando necesite utilizar sus reflejos al 100 por ciento para realizar varias jugadas en un lapso reducido. En el caso de las anfetaminas sucede lo inverso.

Según un documento de la FIDE, existe la posibilidad de utilizar modafinil o metilfenidato, las cuales están en la lista de sustancias prohibidas por el COI.

El modafinil es usado por personas que tienen problemas para dormir, mientras que el metilfenidato es para el síndrome de déficit de atención e hiperactividad.

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Foto de Lagazzettadf.com

El doctor Klaus Lieb, catedrático de psiquiatría y psicoterapia de la Universidad de Mainz, Alemania, advirtió que “estas sustancias pueden causar efectos secundarios graves, además de crear dependencia”, por lo que “recomendamos que los controles antidopaje en torneos de ajedrez sean rigurosos”.

Por otra parte, la doctora Jana Bellin, presidenta de su Comisión Médica, indicó de que el metilfenidato, que es comercializado como Ritalin, “tiene una estructura y farmacología similares a la cocaína”.

Jesús de la Gándara, jefe de servicio en el Hospital Universitario de Burgos, señaló que “ante todo, debe tenerse en cuenta que estas sustancias no mejoran el rendimiento cognitivo, no nos hacen más inteligentes. Donde inciden es en que nos sintamos más despiertos, aguantemos mejor la fatiga o nos concentremos mejor. Pero además hay que tener en cuenta que los efectos no son los mismos en todas las personas; las reacciones pueden ser muy distintas de una a otra”.

Pese a que estas conclusiones son provisionales, el dopaje en ajedrez ya no es tan absurdo.

Con información de El País