Para este viernes, alrededor de las 00:19 h (hora de México), un fragmento de basura espacial, estimado entre uno y dos metros de longitud
Los objetos artificiales que son lanzados a la Tierra tienen una vida útil, y cuando esta termina, generalmente dichos objetos terminan en el espacio sin ser empleados y sin poder ser retirados y traídos a la superficie por los altos costos que significa recuperarlos. Y se quedan en el espacio, propiciando un desafío para las telecomunicaciones actuales.
Grandes restos de cohetes y satélites viejos, restos de explosiones, y restos de componentes de cohetes como polvo y pequeñas partículas de pintura.
De acuerdo a la Agencia estadounidense de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), en los 50 años de lanzamientos espaciales se han acumulado más de 22 mil piezas de desperdicios con un tamaño mayor al de un puño y unos 500 mil del tamaño de una canica, sin contar con unos mil armatostes aún mayores.
Podrían no sonar peligrosos, pero como pueden viajar a velocidades de siete o diez kilómetros por segundo, representan un problema para las naves espaciales y también para la Tierra, si es que llegan a caer, como el que ocurrió el pasado 5 de noviembre en Murcía, España.
Así, para la madrugada de este viernes, alrededor de las 00:19 h (hora del Centro de México), un fragmento de basura espacial, estimado entre uno y dos metros de longitud, caerá en el Océano Pacífico.
Al objeto, nombrado por científicos como “WT1190F” tendrá una órbita elíptica muy alargada, y se calcula que su entrada a la Tierra que impactará contra el océano a unos 65 kilómetros de Sri Lanka.
El rozamiento de la atmósfera no podrá desintegrarlo, pero generará una llamarada visible durante unos instantes.
Estudios espectrales indican que se trata de un objeto poco denso, lo que puede sugerir que es un objeto hueco y es un producto realizado por humanos.
Desde que el objeto fue detectado en octubre por el Catalina Sky Survey, un programa de la Universidad de Arizona en Tucson, los astrónomons han podido seguir este impacto anunciado.
No obstante, también sentará un precedente en las investigaciones realizadas, ya que, como explica la Agencia Espacial Europea (ESA), al seguir la trayectoria del WT1190F, “permitirá mejorar los modelos orbitales y de reentrada, e incluso ayudará a los científicos que estudian los NEOs (de “Near Earth Objects” – objetos cercanos a la Tierra), como asteroides y satélites”.
Con información de ABC