Elecciones 2024
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Encabeza la columna de hoy una paráfrasis de uno de los sones jarochos más populares, el Tilingo lingo. Lo cual indica que dedicaré este escrito a lo que sucede en Veracruz con los gobernadores, tanto el saliente como el entrante, que según la percepción ciudadana influida por lo que el uno dice del otro y el otro del uno, son un par de corruptos. Completaría la cuarteta del son de la siguiente manera: Ay qué bonito es robar/ al son del Tilingo lingo/ para de veras tener/ de propiedades un chingo.

En cuanto el voto de los veracruzanos favoreció la alianza —contra natura— del PAN y el PRD —llamada Unidos para Rescatar Veracruz— su candidato, el priista —de métodos, mañas y origen— Miguel Ángel Yunes Linares, manifestó que cuando asuma la gubernatura solicitará que se investiguen las dos administraciones, la actual con Javier Duarte de Ochoa a la cabeza y la anterior con Fidel Herrera en “plenitud del pinche poder”. En conferencia de prensa celebrada en la sede de los diputados federales en San Lázaro, pidió al gobierno apoyar las denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la Federación contra funcionarios de Veracruz señalados en desviar recursos federales por más de 20,000 millones de pesos.

Por si la acusación de Yunes no fuera suficiente, el portal digital de información Animal Político destapó una de las formas por medio de las cuales Duarte de Ochoa y sus cómplices defraudaron cerca de 645 millones de pesos, mediante empresas fantasmas, acreedoras de supuestas licitaciones que estaban destinadas para beneficencia social del sector más pobre de la entidad.

De 73 contratos obtenidos a través de Transparencia, se localizaron 21 empresas sospechosas, de las cuales 19 fueron fundadas durante el sexenio de Javier Duarte, supuestamente, compitieron en licitaciones y posteriormente desaparecieron. Daniel Moreno, director de Animal Político, y su grupo de investigación visitaron varios domicilios fiscales de las susodichas empresas, llevándose la sorpresa de que no existían; algunas direcciones eran de casas comunes del puerto de Veracruz y otras pertenecían a pequeños negocios como panaderías y herrerías.

El gobernador electo, Miguel Ángel Yunes, él mismo experto en hacer trapacerías con dinero público, declaró al portal Aristegui Noticias que Javier Duarte tiene una red de 69 prestanombres que en total desviaron 1,000 millones de dólares del erario estatal. Ésta acusación surgió después de que Arturo Bermúdez Zurita presentó su renuncia a la Secretaría de Seguridad Pública veracruzana.

La dimisión de Bermúdez Zurita tuvo su origen en una nota de Benito Jiménez, publicada por el periódico Reforma, en la que dio a conocer que el ex jefe policiaco es dueño de 19 inmuebles en México y Estados Unidos y que es socio o dueño de 24 empresas de diversos giros.

El precitado diario, el viernes pasado, publicó, firmado por el mismo Jiménez y Víctor Fuentes, un reportaje sobre una casa en construcción que será entregada en el mes de septiembre, que Javier Duarte adquirió recientemente en Woodlands, en el condado de Montgomery, en Texas, valuada en 2.5 millones de dólares. La propiedad está situada a 2 kilómetros y medio de The Carlton Club, exclusivo club de golf en el que Duarte compró una acción con valor de 2 millones de pesos. Compra que reconoció.

En otro orden de pillerías, el pasado viernes Javier Duarte de Ochoa se presentó a la Procuraduría General de la República para denunciar a Miguel Ángel Yunes Linares por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Presentó un fajo de papeles para documentar la propiedad de 26 inmuebles de su sucesor. “Las pruebas y la documentación que entrego no son suposiciones (…) Estoy señalando propiedades a nombre de él (Yunes), de su esposa, de sus hijos y de empresas propiedad de ellos que suman un patrimonio por encima de los 400 millones de pesos”. Dijo que la información en la que basa su acusación sería puesta a disposición ese mismo día. Sin embargo, ésta sólo es una lista ambigua con apenas detalles de las supuestas propiedades de Yunes.

Entre los comentarios que hiciera sobre su rival político, sobresale lo siguiente: “Yunes Linares no tiene calidad moral”, dijo sin morderse la lengua y agregó: “Es como si lo dijera el Chapo Guzmán, es un delincuente, el señor es un gánster. Repito: es un hampón”, expresó Duarte de Ochoa, con su nuevo look de 34 kilogramos menos de peso. Se le preguntó si el adelgazamiento es producto del estrés y dijo que no. “Es estar en condición, seguir la recomendación del Instituto Mexicano del Seguro Social”. (¿Y por qué se tardó tanto en adelgazar, mi estimado?) Existen dos hipótesis sobre la baja de peso del gobernador al que aquí, alguna vez, de manera irreverente llamamos Ñoño: conforme iba engordando la cartera, adelgazaba su cuerpo. La otra teoría es que dejó de comer Pingüinos y de beber Frutsis.

Hoy quiero terminar mi colaboración con un intento de décima espinela dedicada a los veracruzanos:

¡Ay!, Veracruz, Veracruz

con tus dos gobernadores

que son dos pillos mayores

no permitas sean tu cruz.

Porque llegará la luz

en una bella alborada

a iluminar tu morada.

Si alguien te quiere robar

mándalo pa’la chingada

que está en el fondo del mar.