Elecciones 2024
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#LaPeorMamá El triunfo mexicano
Foto de Archivo

¡Todos! Todos estamos emocionados por el resultado del primer partido de México en el Mundial. ¡Le ganamos a Alemania! Todos estamos felices. Todos menos #minispeedy.

He aquí el trágico suceso:

Mi querida suegra, que es quien le heredó el gen panbolero a #minispeedy, organiza, cada mundial una quiniela. Este ciclo mundialista no fue la excepción. Así que el señor de la casa, el primogénito y una servidora le entramos a la quiniela. Cada uno por separado porque no todos opinamos igual.

Minispeedy, incrédulo, le puso a la quiniela que en el debut de la Selección Mexicana, ésta perdería en contra de Alemania. No se hagan, ustedes también. Y esta mala madre eligió creer y arriesgarse, así que le puse que ganaba México. Hasta ahí todo bien. Peeeeero, el crío aún no entiende que puede haber una diferencia entre la razón y el corazón y todo se fue al caracol.

Obvio pasamos días y días esperando a que llegara el Mundial. El calendario de la cocina tiene cuenta regresiva desde el día 100, así que estábamos esperando el Mundial con ansias.

Arranca dicho torneo y empezamos a contar puntos en las quinielas. Todo bien. Bueno, no todo. Ha habido resultados que no imaginábamos así que no hemos sumado cómo quisiéramos.

Total llega el día del partido de México y todos emocionados portando nuestra playera de México.

  • Mi amor, ponte tu playera de México. – le dijimos a #minispeedy
  • No.
  • ¿Cómo que no? ¿Porqué? Ya hasta tu hermana se la puso.
  • Porque yo le voy a Alemania.
  • ¿Cómo que a Alemania?
  • Si. Eso puse en mi quiniela. Le voy a Alemania.
  • Una cosa es lo que pones en tu quiniela y otra a quien le vas realmente. Quien quiere tu corazón que gane.
  • Le voy a Alemania.
  • Ah bueno. Pues como quieras.

Empieza el partido y todo son nervios. No les voy a hacer una reseña porque claramente a eso no me dedico y estaba tan nerviosa que no me acuerdo de casi nada. Pero puedo decirles que cuando me clavo en el fut soy súper apasionada y sobra decir gritona. Así que grité y grité y menté madres y dirigí desde mi cama y #minispeedy comenzó a sulfurarse.

  • ¡No grites mamá!
  • No me gusta que digas así.
  • ¡Me asustaste mamá!

Fueron varias las quejas durante la primera mitad del partido. Y es que él es más como su padre; se sienta a ver el fut y no le habla a nadie, ni una chela se toma del nervio (el padre obviamente). Sólo habla para si mismo; después de 18 años de conocerlo aún no sé si dirigiendo o rezando. Entonces al pequeño clon del papá no le gusta que una loca vaya gritando por ahí:

  • ¡Tira! Tiraaaaa! ¡Nooooooo! ¡Mmmmmmta madre! – Y demás improperios. (Establecido estaba que soy mal hablada)

Y el gol señoras y señores; ese lo grité que me escucharon hasta la punta más alta del cerro de la silla. Y ahí…. ahí todo valió madre.

El marido y yo brincamos y creo que hasta nos abrazamos. En fin, nos emocionamos de a madre. Y cual va siendo nuestra sorpresa que aquél llorando, pero llorando gacho. Enojado, bien frustrado.

  • ¿Qué te pasa?
  • ¡Nada! ¡Déjame!
  • Pero metimos gol. ¿Porqué te enojas?
  • Porque yo le voy a Alemania.

Terminó el primer tiempo y dice:

  • ¿Ya me puedo ir a jugar?
  • Pues si, si no quieres estar aquí vete a jugar.

Pasa el medio tiempo

  • Chaparrito, ya empezó el segundo tiempo.

Silencio total. Voy a buscarlo, capaz que no me escuchó.

  • Ya empezó el segundo tiempo. ¿No vas a venir?
  • No. Ya no lo quiero ver.
  • Pero está bien bueno. Vamos ganando.
  • No. Yo le voy a Alemania.
  • Ve a hablar con tu hijo porque no entiende que puede irle a uno diferente del que puso en la quiniela.

Allá va el marido y regresa sin nada.

  • Pues que no quiere ver más el partido.

Así transcurrió toda la segunda mitad. Con más gritos y desesperación, nervios al 100 por ciento. Unas cuantas lágrimas de felicidad derramadas al final del partido. No diré de quien porque no quiero que piensen que tengo un marido chillón jeje. Y #minispeedy sin aparecerse.

Se enojó, de verdad estaba demasiado enojado. No me hablaba para nada. No quiso ver el partido de Brasil. Por un momento juré que había terminado con su afición por el futbol. Pero no, ya después cuando terminaron los partidos y nos dedicamos a otras cosas se le fue pasando el coraje y al otro día sí vio los juegos.

Hoy que ya pasaron 4 días creo que ya está tranquilo con ese resultado, aunque ha hecho demasiados corajes con la pérdida de puntos. Pero es que entre los partidos rompe quinielas y sus pronósticos, ni como ayudarle.

Lo bueno es que en el siguiente partido de México sí lo puso como ganador así que le vamos al mismo equipo… ¡A ganar!

¡Disfruten el Mundial!

Gracias por leer