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Después del bitcoin, el fenómeno se llama ripple - 2017-12-09t144930z_43870682_rc1a2bfd4b00_rtrmadp_3_bosnia-bitcoin_jpg_1348255499.jpg_1348255499
Foto de El Economista

En divisas digitales, el sabor del mes se llama ripple. De mediados de diciembre a la fecha, esta criptomoneda ha triplicado su valor y se ha convertido en la segunda más importante del orbe, detrás de bitcoin, pero muy encima de Ethereum. El valor de capitalización de ripple pasó en un año de menos de 1,000 millones de dólares hasta los 125,000 millones de dólares.

El fundador de los Ripple Lab, Chris Larsen, es ya uno de los 10 hombres más ricos del mundo. Su fortuna es, en más de un sentido, virtual, pero en la fotografía de principios del 2018 ya supera la de los fundadores de Google y los herederos de Walmart. Se habla de tú con la de Carlos Slim. No hay un caso parecido, en la historia de las grandes fortunas mundiales. En un lapso de dos años, Chris Larsen pasó de ser un ingeniero con amplia experiencia en startups financieras y mediana fortuna a ser el empresario financiero más acaudalado del orbe.

La fortuna de este señor se “justifica” por su tenencia en tokens de Ripple, aunque hasta hace poco,  su activo más valioso eran las acciones de la empresa que él fundó, los laboratorios tecnológicos Ripple. Es una compañía con menos de 100 empleados, basada en San Francisco, California.

Ripple Lab nació con el objetivo de retar y desbancar al sistema SWIFT, que es utilizado por más de 10,000 bancos e instituciones financieras en el mundo para enviar y recibir la información que facilita la transferencia de dinero, de cuenta a cuenta; de banco a banco; de país a país. El New York Times lo describió como una cruza entre Western Union y las casas de cambio, sin las onerosas comisiones.

Los sistemas de pago globales siguen atrapados en la era Disco, dice ripple en su homepage. Son caros, lentos y propensos a errores. Podrían ser tan rápidos como enviar un e-mail, pero son muy complicados, ahí es donde entramos nosotros, explicaba Larsen en una entrevista hace un par de años, antes de abandonar la presidencia de Ripple Lab.

La moneda virtual Ripple XPR fue diseñada para facilitar las operaciones de transferencia de los clientes del sistema Ripple. Esta divisa, que utiliza la tecnología blockchain, fue ganando visibilidad en la medida en que se engrosó la lista de los clientes. Ahora cuenta con instituciones financieras como American Express, Santander, UBS y Standard Chartered. En sus primeros años, como empresa, a Ripple Lab pocos le veían tamaños para vencer a SWIFT. Un foco se prendió cuando se usó ripple para hacer una transferencia de American Express en Nueva York a Santander Bank en Londres. Ese día, la divisa virtual creció más de 60% y entró en el escaparate de lo top en criptomonedas.

A ripple se le compara con bitcoin porque pertenece al mismo universo, el de las divisas digitales, pero hay diferencias sustantivas. La principal es que ripple es un token vinculado a los servicios que ofrece una empresa real que tiene clientes reales, mientras bitcoin es una moneda que nació y prospera en el banco de las ilusiones.

Diferencias aparte, comparten titulares porque son las estrellas de la explosión especulativa en torno a las criptomonedas. Hablamos de ellas con la fascinación de quien dice haber visto un ovni o un ET. Estamos conociendo un mundo raro, donde las reglas económicas convencionales no aplican y queda por ver cuándo se manifiesta la ley de la gravedad. Todo lo que sube, tiene que bajar.