Minuto a Minuto

Nacional Maíz, frijol, trigo, arroz… las mentiras de AMLO 
  En esta compulsión a mentir, López Obrador calificó su producción como una prioridad de gobierno, siendo el resultado igual que con el maíz, frijol y trigo: la importación arrocera se sostuvo en el 85 por ciento del consumo nacional
Internacional Mexicana Eloísa García Guerrero inaugura “A Costa da Morte” en la Casa de Galicia de Madrid
La inauguración contó con la participación de Eloísa García Guerrero, el director de la Casa de Galicia, Luis E. Ramos, así como personalidades destacadas del ámbito artístico y cultural
Nacional Hospital General de Oaxaca, al borde del colapso por falta de insumos
Respecto a esta problemática, el Gobierno de Oaxaca informó que se atienden las necesidades del hospital y reiteraron que los servicios médicos operan de manera regular
Internacional Biden viaja a Roma, su último viaje presidencial, para reunirse con el papa y Meloni
Biden realizará este último viaje internacional a menos de dos semanas de que ceda el poder y la Casa Blanca al republicano, Donald Trump
Internacional Estalla un incendio en las montañas de Hollywood, el sexto que arde en Los Ángeles
Bomberos de Los Ángeles enfrentan un incendio forestal en Hollywood Hills que amenaza la zona residencial cerca del Paseo de la Fama

En la introducción del libro Vicios públicos, virtudes privadas, Claudio Lomnitz advierte contra las generalizaciones históricas sobre la corrupción.

Ha existido siempre, pero de poco sirve decir que no ha cambiado desde la Colonia.

México enfrenta una corrupción mayor, pero distinta en su origen y en sus consecuencias de la que padeció, digamos, en la última fase del presidencialismo priista: 1982-2000.

La corrupción de antes tenía la forma de una pirámide. La de ahora tiene la forma de una metástasis. O de un embotellamiento.

Durante el fin de la hegemonía del PRI, la corrupción bajaba de la cúspide y escurría por laderas y terrazas hasta la base. La corrupción de ahora baja de los conductos paralelos de la dispersión democrática, a partir del generoso reparto de dinero federal que se hace desde el centro a los gobiernos estatales y municipales.

El nuevo mecanismo lo puso en marcha el presidente Fox en el año 2000, para obtener la colaboración política de la oposición, que no solo era mayoría en el Congreso federal, sino que gobernaba también la capital del país y casi todos los estados.

Entre 2000 y 2015, gracias a los altos precios del petróleo, el presupuesto federal creció 105 por ciento en términos reales: de 2.27 billones de pesos a 4.67 billones (un billón = un millón de millones). En esos mismos años, las transferencias a los estados crecieron de 682 mil millones a 1 billón 390 mil millones de pesos (Luis Carlos Ugalde: “La democracia multiplicó la corrupción, Nexos, num. 446, febrero 2015).

Con todo ese dinero, los presidentes de la democracia aceitaron al Congreso, el Congreso aceitó a los gobernadores y a los municipios, los gobernadores aceitaron a sus congresos locales, que les aprobaron todos sus gastos. 

Hubo dinero de sobra para hacer política. En particular, para aceitar a los candidatos de cada partido  con el dinero ilegal necesario para ganar, pues los topes de gastos electorales de la legislación vigente son una fantasía.

Resultados: piñata federal, parranda de gobiernos locales, subasta de la competencia democrática. Abundaré en esto la siguiente semana.