Minuto a Minuto

Nacional Un viaje con dignidad
          Solo hago cuentas políticas sin comparar, porque ya sé que no le gusta, de las diferencias de tiempos, espacio, condiciones y personalidad: de la indignidad del apoyo a aquella frustrada reelección, al encuentro, puedo decir, entre iguales, aunque por la disparidad de países, parecería imposible
Ciencia y Tecnología Espectáculo esta noche con una superluna llena que alcanzará su máxima altura sobre el horizonte
Lo que hace a esta “Luna Fría”espectacular, es que será la más alta del año en el cielo del hemisferio norte
Entretenimiento Silvana Estrada asombra en presentación con Jimmy Kimmel al cantar ‘Dime’
Silvana Estrada se presentó en Jimmy Kimmel Live con el tema 'Dime', de su álbum 'Vendrán suaves lluvias'
Internacional Trump y la primera dama encienden el árbol de Navidad de la Casa Blanca
Trump y Melania encendieron el árbol de Navidad de la Casa Blanca, y Trump afirmó que la religión vuelve a EE.UU. mientras elogió a las fuerzas federales
Nacional Sismo de 3.4 sacude Montemorelos, Nuevo León
Esta noche del 4 de diciembre el Sismológico Nacional registró un sismo en Montemorelos, Nuevo León, a las 19:51 horas

Jorge G. Castañeda me ganó por un día la glosa de un notable artículo publicado en la edición de abril de la revista Harper’s.

Es el artículo de Dan Baum que lleva por título Legalize it All. How to Win the War on Drugs”. (Legalícenlas todas. Cómo ganar la guerra contra las drogas).

Baum revisa los aberrantes supuestos políticos, estadísticos, sanitarios y criminales en que descansa la llamada guerra contra las drogas. Añade una dimensión inédita: el cinismo de la primera semilla.

La primera semilla es la que siembra el presidente Richard Nixon durante su campaña triunfal por la presidencia de 1968, centrada en derrotar la potente agenda social del partido demócrata con una propuesta conservadora de ley y orden. El centro de la propuesta nixoniana fue la guerra contra las drogas.

En su texto de Harper’s, Baum recobra parte de una entrevista, hasta ahora inédita, con John Ehrlichman, el colaborador número uno de Nixon, el preso número uno de Watergate.

Ehrlichman recibe a Baum en 1994, en su retiro, para responder una entrevista sobre aquella guerra. Rehúsa entrar en detalles.

“¿Quieres saber realmente de qué se trataba?”, pregunta a Baum. Y explica:

“La campaña de Nixon en 1968, y su Casa Blanca después, tenían dos enemigos: la izquierda antiguerra (de Vietnam) y los negros. Sabíamos que no podíamos ilegalizar que alguien estuviera contra la guerra o fuera negro. Pero haciendo que la gente asociara a los hippies con la mariguana y a los negros con la heroína, y penalizando luego severamente ambas sustancias, podíamos golpear a las dos comunidades. Podíamos detener a sus dirigentes, efectuar redadas en sus hogares, interrumpir sus reuniones, infamarlos en los noticieros de la noche. ¿Sabíamos que mentíamos sobre las drogas? Por supuesto que sí.”

Celebro que Castañeda haya publicado ayer en estas páginas las palabras de Ehrlichman, porque eso me permite repetirlas hoy. Las repetiré, de hecho, cada vez que pueda. La explicación de Ehrlichman merece ser repetida y escuchada por sus muchos herederos, en particular por gobernantes como los de México, que siguen montados a ciegas en aquella guerra, sin recordar, acaso sin saber, su triste origen.

[email protected]