¿Es asombroso y contradictorio que la 4T imite una estrategia de seguridad de Calderón, su némesis en seguridad? Ah, pues, también imita la estrategia energética de Enrique Peña, su némesis en estrategia energética?
El golpe moral es de antología porque, para pacificar Michoacán, la 4T imita la estrategia de Felipe Calderón: mandar militares al estado… sólo que más militares todavía. Calderón envió 10 mil, y Sheinbaum destinará 12 mil.
En buena medida, ganaron en 2018 por criticar la militarización de Calderón, pero usan a los militares más que Calderón: López Obrador mandó unos 20 mil a las fronteras para complacer a Trump, y los puso a hacer negocios; Sheinbaum los manda a Michoacán…
¿Es asombroso y contradictorio que la 4T imite una estrategia de seguridad de Calderón, su némesis en seguridad? Ah, pues, también imita la estrategia energética de Enrique Peña, su némesis en estrategia energética?
En buena medida, ganaron en 2018 por criticar la reforma energética de Peña, pero Sheinbaum no tiene cash suficiente y enmendó la reforma de López Obrador (que tumbó la de Peña) para que el sector privado participe en la generación de electricidad.
Pero el asunto no está en repetir experiencias, criticadas antes o no, pues sólo las vacas no cambian de opinión. El problema se encuentra en que el actual gobierno copia muy mal, quizá no por falta de talento, sino por complejos políticos y cerrazón ideológica.
Porque su plan para Michoacán (que repite casi al dedillo los de Salinas, Calderón y Peña) se queda corto en relación con el de Calderón: mientras Calderón enfrentó al narco a balazos, Sheinbaum sólo cerrará el estado para que no entren ni salgan criminales.
En política, sobre todo en la corrección política, es más fácil jugar con las palabras y decir que, para combatir al crimen hay que “atacar las causas” antes que combatir a los criminales. Pero, en la situación de Michoacán, se debe atacar a los criminales. Y punto.
Así es que el Plan para Michoacán del actual gobierno estaría condenado al fracaso si, además de “atacar las causas” no incluye el reclamo insistente (y que le costó la vida) de Carlos Manzo: “Hay que atacar frontalmente al crimen organizado”.
Sucede igual con la decisión de la presidenta de enmendar la reforma de López Obrador que tumbó la de Peña, para que el sector privado participe en la generación de electricidad: la participación de la IP que propicia Sheinbaum es limitada y no alcanza.
La nueva apertura permite la participación de privados en un escaso 46% en generación de electricidad y CFE garantiza el 54%. Peña la abrió a la competencia, con CFE compitiendo en el mercado mayorista, lo cual trajo mayor calidad y producción.
Hoy, sólo dan ganancias dos de las 10 subsidiarias de CFE, que en el primer trimestre de este año perdió 16 mil millones de pesos.
O sea, imitan. Pero muy mal.
