Minuto a Minuto

Entretenimiento Silvana Estrada asombra en presentación con Jimmy Kimmel al cantar ‘Dime’
Silvana Estrada se presentó en Jimmy Kimmel Live con el tema 'Dime', de su álbum 'Vendrán suaves lluvias'
Internacional Trump y la primera dama encienden el árbol de Navidad de la Casa Blanca
Trump y Melania encendieron el árbol de Navidad de la Casa Blanca, y Trump afirmó que la religión vuelve a EE.UU. mientras elogió a las fuerzas federales
Nacional Sismo de 3.4 sacude Montemorelos, Nuevo León
Esta noche del 4 de diciembre el Sismológico Nacional registró un sismo en Montemorelos, Nuevo León, a las 19:51 horas
Nacional Ebrard asegura que “no hay ninguna señal que indique que el T-MEC no seguirá”
Marcelo Ebrard aseguró que la revisión del T-MEC avanza sin señales de riesgo, pese a que Trump afirmó que podría dejarlo expirar
Internacional Cuatro aerolíneas internacionales se suman a la ola de suspensiones de vuelos en Venezuela
Las aerolíneas Wingo, Satena, Copa y Boliviana de Aviación suspendieron vuelos en Venezuela en medio de la tensión con EE.UU.

De Octavio Paz en El laberinto de la soledad (1ª Ed. 1950):

Nuestro calendario está poblado de fiestas (…), el país entero reza, grita, come, se emborracha y mata en honor de la Virgen de Guadalupe o del General Zaragoza. Cada año, el 15 de septiembre a las once de la noche (…), celebramos la Fiesta del Grito; y una multitud enardecida  grita por espacio de una hora, quizá para callar mejor el resto del año. Durante los días que preceden y suceden al 12 de diciembre, el tiempo suspende su carrera (…) y en lugar de empujarnos hacia un mañana siempre inalcanzable y mentiroso, nos ofrece un presente redondo y perfecto, de danza y juerga, de comunión y comilona con lo más antiguo y secreto de México…

 

Pero no bastan las fiestas que ofrecen (…) la Iglesia y la República. La vida (…) está regida por un santo (…). Cada uno de nosotros —ateos, católicos o indiferentes— poseemos nuestro Santo, al que cada año honramos…

La poesía al alcance de todos. Cada país tiene la suya. En la nuestra, en sus breves y desgarradas, agresivas, chispeantes sílabas, parecidas a la momentánea luz que arroja el cuchillo cuando se le descarga contra un cuerpo opaco y duro, se condensan todos nuestros apetitos, nuestras iras, nuestros entusiasmos y anhelos (…) inexpresados. Esa palabra es nuestro santo y seña. Por ella y en ella nos reconocemos entre extraños y a ella acudimos cada vez que aflora a nuestros labios la condición de nuestro ser. Conocerla, usarla, arrojándola al aire como un juguete vistoso o haciéndola vibrar como un arma afilada, es una manera de afirmar nuestra mexicanidad.

Toda la angustiosa tensión que nos habita se expresa en una frase que nos viene a la boca cuando la cólera, la alegría o el entusiasmo nos llevan a exaltar nuestra condición de mexicanos: ¡Viva México, hijos de la Chingada! Verdadero grito de guerra cargado de una electricidad particular (…), es un reto y una afirmación, un disparo contra un enemigo imaginario y una explosión en el aire. Nuevamente, con cierta patética y plástica fatalidad, se presenta la imagen del cohete que sube al cielo, se dispersa en chispas y cae oscuramente. O la del aullido en que terminan nuestras canciones, y que posee la misma ambigua resonancia: alegría rencorosa, desgarrada afirmación que se abre el pecho y se consume a sí misma. Con ese grito, que es de rigor gritar cada 15 de septiembre, nos afirmamos y afirmamos a nuestra patria frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y quiénes son los demás, los “hijos de la chingada?’: los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros rivales (…), todos aquellos que no son lo que nosotros somos. Y esos otros no se definen sino en cuanto hijos de una madre tan indeterminada y vaga como ellos mismos. ¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la “sufrida madre mexicana” que festejamos el diez de mayo…