Mientras en México nos tomábamos unos buenos días de descanso por la Semana Santa, Rusia atacó con misiles la ciudad Sumy, al noroeste de Ucrania, matando a 34 personas
EXCMA. OKSANA DRAMARÉTSKA,
EMABAJADORA DE UCRANIA EN MÉXICO:
Mañana, la guerra
llegará a vuestros países.
Volodomir Zelenski
Mientras en México nos tomábamos unos buenos días de descanso por la Semana Santa, Rusia atacó con misiles la ciudad Sumy, al noroeste de Ucrania, matando a 34 personas. Lo anterior no obstó para que Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, propusiera un alto al fuego por 30 horas para honrar la llegada de la Pascua.
Como usted sabe, doña Oksana, a tregua no solo fue aceptada por Volodimir Zelensky, mandatario de Ucrania, sino que contrapropuso que se ampliara a 30 días. Poco duró el gusto, porque para la tarde del día 20 (tiempo de Rusia), ambas partes se acusaron a haber roto la suspensión de hostilidades en diversos puntos. Sobre el planteamiento de extender la tregua por un mes, Rusia no se dignó a contestar. Y todo esto ocurrió mientras en París y bajo la iniciativa del presidente francés, Emmanuel Macron, se llevaban a cabo pláticas de paz, al tiempo de que Steve Witkoff, en su calidad de enviado especial de la Casa Blanca, se reunía con Putin en Moscú.
La delegación rusa llegó a la mesa de negociaciones con una posición maximalista, a partir de un plan elaborado por el Servicio Federal de Seguridad, un think tank ruso y dado a conocer por The Washington Post (18/4/2025). Veamos lo que Putin está pidiendo: 1) Anexar a Rusia las cuatro provincias invadidas parcialmente; 2) Establecer en su favor “zonas de amortiguamiento” a lo largo de la frontera; 3) Denegar la presencia de cualquier fuerza extranjera de paz en la zona; 4) Cancelar cualquier ayuda armamentista de EUA a Ucrania; 5) Reducir a 50 mil el número de efectivos en su ejército (menos de los permitidos a Alemania después de la I Guerra Mundial); y 6) Un cambio de régimen en Ucrania.
¿Concesiones y garantías para Ucrania? Ninguna, señora Embajadora. Las condiciones que el Kremlin pretende imponer a Ucrania van más allá de la nación vencedora sobre la derrotada; aplastan cualquier resquicio de soberanía.
Usted mejor que yo sabe, doña Oksana, que el mandatario ruso siente nostalgia por la URSS y que ha condenado públicamente su disolución. Para él, Ucrania no es una nación por sí misma, sino una extensión de la rusa. No olvidemos las confrontaciones entre Moscú y Kiev de 2014, cuando Ucrania negociaba su ingreso a la Unión Europea, lo cual llevó a Rusia a dislocar el gobierno de entonces.
Y ahora Putin plantea dislocar el gobierno actual, elegido democráticamente. No se trata de que Volodomir Zelensky deje la Presidencia de Ucrania, sino de imponer un gobierno que se mantenga bajo la esfera rusa. Todo indica que, si algo ha molestado a Putin ha sido la intención de Ucrania de tomar como modelo de vida el de los países europeos. Sería de esperar que ese modelo llevara a Ucrania a un mejor estadio de desarrollo y libertades, lo cual contrastaría fuertemente con el régimen autocrático ruso, donde el Estado mafioso y la oligarquía conformada por los amigos de Putin gobiernan al país en función de sus intereses.
Así las cosas, cada vez se ve más distante el fin de esta guerra y el posicionamiento de Donald Trump hacia el conflicto no ayuda en nada. De hecho, el inquilino de la Casa Blanca ha mostrado un cambio radical en la política exterior de su país al inclinarse en favor de Putin y dejar colgada de la brocha a su aliada Europa, lo cual no solo asombra, sino atemoriza al mundo entero.
Empecemos porque Trump afirma que Ucrania inició la guerra. Recientemente y ante la petición de Ucrania para que EUA le facilitara cierto armamento, míster Donald declaró: “No se inicia una guerra contra alguien 20 veces más grande que uno y luego se espera que los demás te den misiles”. Aún más, ya amenazó con que, si las pláticas de paz no dan resultado pronto, EUA se retiraría de la mesa. ¿O será una estratagema para que Ucrania firme el convenio sobre la explotación minera por parte de EUA?
Ante los cambios de humor de Washington, la Unión Europea decidió aportar mil millones de euros para apoyar la industria militar ucraniana, a fin de que ésta pueda fabricar más obuses y otros elementos de artillería. Dicha ayuda es parte de los 20 mil millones de euros con los que contribuirá para la defensa de Ucrania.
Sin embargo, ni el dinero de la Unión Europea ni las pláticas de paz parece que darán fin del conflicto. Mientras EUA no encarezca el costo de la guerra para Rusia, todo indica que Ucrania perderá su independencia, lamentablemente.
Lo digo, señora Embajadora, porque Dmitry Medvedev, hombre cercano a Putin, afirmó que incluso si Ucrania aceptara las demandas de Rusia, “esto no pondrá fin a las operaciones militares de Rusia. Después de su derrota, los radicales ucranianos restantes tarde o temprano reagruparán sus fuerzas y volverán al poder, inspirados por los enemigos occidentales de Rusia (sic). Y entonces será el momento de aplastar finalmente al reptil. . . [y] devolver las tierras restantes al seno de Rusia”.
Y después, ¿qué nación seguirá?
Con la colaboración de Upa Ruiz
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