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“Los momentos de crisis no son para renunciar sino para enfrentarlos”, dijo con serenidad el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a la pregunta de una reportera sobre si había puesto en la mesa su dimisión al Presidente de la República, por la fuga de El Chapo Guzmán.

Con ello también respondió a los señalamientos hechos en algunos círculos acerca de que, por ser el responsable de la seguridad interna en el país, tendría que haber renunciado.

La fuga de Joaquín Guzmán Loera es un hecho que asombra, desconcierta, genera demasiadas suspicacias fundadas –por la corrupción, colusión e intimidación probable de quienes facilitaron la huida- pero sobre todo que mina la por sí afectada credibilidad institucional.

Las crisis no siempre son responsabilidad directa de quienes encabezan las instituciones o las empresas. Se deben esencialmente al debilitamiento o relajamiento en la operación. Por ello establecer que hay una responsabilidad directa de Osorio Chong y aún  del Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Ruibido suena una exageración cuando lo más importante es tejer todas las redes de investigación, inteligencia y despliegue operativo para cerrar cercos a El Chapo.

Hay muchas preguntas sobre cómo ocurrieron los hechos, pero debería haber un claro discernimiento entre la información que realmente aporta para corregir o que aporten evidencias para la recaptura, de aquellas que pueden rayar en el morbo o el detalle innecesario que sólo es útil para contar historias o abrir nuevas especulaciones.

La fuga es un hecho grave, ni duda cabe. Señala sobre el todo el poderío financiero, táctico y estratégico del grupo o grupos que operan alrededor de El Chapo Guzmán.

¿Cuánto cuesta construir un túnel de 10 metros de profundidad, de aproximadamente un kilómetro y medio de distancia; de 1.70 metros de altura y 50 centímetros de ancho, con toda la infraestructura de iluminación y oxigenación? No son inversiones menores, ni planeación improvisada.

En todo caso habría que preguntar y avanzar en el mapa de la delincuencia relacionada con el narcotráfico ¿a quién sirve que El Chapo este fuera de la cárcel para mantener el control de la distribución de drogas?

Se han tejido toda una cauda de especulaciones e hipótesis sobre los porqués y cómos de la fuga de Guzmán Loera, e incluso en torno a las razones por las cuales no fue extraditado, como es perfectamente entendible en este tipo de circunstancias. Todas y ninguna pueden ser valederas.

Se ha asegurado que la presencia de El Chapo puede contribuir al reequilibrio de los grupos delincuenciales. Es una especulación que se ha sustentado al señalar que con la primera gran fuga de El Chapo de Puente Grande, se retomó el control en la zona del Pacífico.

Por ello las aseveraciones de que es factible que en las semanas o meses por venir empiecen a surgir enfrentamientos, sea por el reacomodo o la toma de represalias por parte del grupo de El Chapo contra quienes dieron elementos para su captura reciente.

Lo verdaderamente importante hoy está en cercar al capo de Sinaloa. Por ello la convocatoria a hecha por el Secretario Osorio Chong a que la sociedad contribuya a denunciar de manera anónima para dar información útil.

Las crisis, como la que hoy vive el sistema de seguridad del Gobierno Federal, derivada de la huida de El Chapo tiene dos vertientes: primero la recaptura que se fortalecerá con todas las indagatorias para conectar a todos aquellos que pudieron haber tenido participación –que implicará el castigo correspondiente- y la revisión de estructuras en el ámbito penitenciario.

Politizar el asunto poco servirá para la solución de esta crisis.

Las burlas que se han desatado, sobre todo en redes sociales (cadenas de correos electrónicos, whatapps, Twitter y Facebook, entre otras) son válvulas de escape que reflejan la fragilidad de la credibilidad social hacia las instituciones y quienes las dirigen. Es parte de la esencia humana cuando falla el otro, cuando tropieza o se cae.

Hay burlas también intencionadas que llevan carga política o indignación. Entendibles, sobre todo cuando se busca encontrar la paja en el ojo ajeno.

Es una crisis en redes sociales que no es fácil de contener pero sí leer para entender tendencias.

Lo importante ahora es todo el despliegue de acciones, una práctica cacería humana, para dar con El Chapo y la estructura que ha facilitado su nueva fuga.

No será factible que haya resultados inmediatos. Después de lo que ha mostrado Guzmán Loera, lo que menos se puede esperar es que haga gala de presencia pública o exhibición de fuerza con grandes convoyes. La sorpresa, el sigilo, la cautela, la oportunidad en términos de tiempo y las medidas alternas de escape ha sido sus virtudes.

El terreno en que confronta el Gobierno Federal es en el de la inteligencia y la anticipación, en un entorno de presiones, especulaciones, hipótesis y escarnio.

PostScriptum.- Declaraciones boomerang: “sería imperdonable” una nueva fuga dijo el Presidente Enrique Peña Nieto a León Krauze en una entrevista para Univisión. Será un frente latente de presión.