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¿Han visto el video de ‘Lady Pizza‘? Una señora fuera de sí, dentro de una pizzería, grita e insulta a todo el personal porque le exigen el uso de cubrebocas para venderle una pizza. Su reacción es desproporcionada. No sabemos qué le pasa a esa señora, pero podemos suponer que le está pasando algo muy severo. No en la pizzería, sino en la vida.

‘Lady Pizza’ es, con toda probabilidad, una de las miles de personas que está sufriendo problemas de salud mental en estos tiempos del COVID-19. Como la ‘Lady 3 Pesos’ y algunos varones que esperan sus 15 minutos de gloria, porque es un problema que afecta a hombres y mujeres. Era una epidemia silenciosa. Ahora se ha vuelto otra cosa. Es un problema de salud pública que no podemos eludir. Empieza a gritar enfrente de nosotros. De vez en cuando, nos pega en la cara.

La salud mental ya era un problema severo, pero el COVID-19 lo ha colocado en otra dimensión, advierte la Organización Mundial de la Salud. Hay depresión, ansiedad, estrés. Se registra un incremento del consumo de drogas y alcohol, de la violencia doméstica y de las conductas violentas en la vía pública.

En México, una de cada tres personas de 18 o más años presenta síntomas severos de ansiedad o depresión, dice la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del Covid-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos, elaborada por la Universidad Iberoamericana. El impacto es diferenciado y pega con más fuerza en los grupos de menor nivel socioeconómico, dice la investigación. Todo esto ocurre en un contexto donde ha habido una interrupción o dislocación de los sistemas de apoyo, por ejemplo, la asistencia de psicólogos u otros profesionales.

Esta ola de problemas de salud mental poscovid tiene que ver con una realidad que con frecuencia nos rebasa. Es el miedo a contagiarse, el aislamiento y los cambios en las rutinas. También tiene que ver con el agobio por las noticias negativas, las presiones económicas y, en algunos casos, el dolor por la pérdida de un ser querido o un cambio drástico en la situación económica. Algunas personas tienen pesadillas, flashbacks y sentimientos de culpa. Viven la pandemia con todos los síntomas del estrés postraumático, nos dice un artículo de The Economist. Los más vulnerables a este tipo de estrés son los médicos y las enfermeras; los que han perdido parientes y las víctimas de otros traumas anteriores, como los refugiados y las víctimas de la violencia.

¿Cuántos son en México? ¿quién los atiende? ¿cuánto nos costaría atenderlos? ¿cuánto nos cuesta no atenderlos?

La salud mental es un reto social que tiene una dimensión económica. Un estudio hecho por 28 expertos en la Lancet Commission calculó que para el 2030, el costo mundial de las enfermedades mentales ascendería a 16 billones de dólares, un poco más de 10 por ciento del Producto Interno Bruto mundial. Los costos tienen que ver con medicamentos, personal, infraestructura, pero también con el impacto laboral: ausentismo, baja en la productividad y problemas en la calidad del trabajo. La ‘Lady 3 Pesos’ perdió su empleo en Century 21, luego de que su erupción en un centro comercial dañó la reputación de la compañía donde trabajaba.

Quizás, antes del show en redes sociales, ya le había costado mucho a su empresa. Seguramente había creado una atmósfera tóxica y poco productiva alrededor de ella… al igual que miles de personas que traen problemas de salud mental y no han alcanzado el estrellato en redes sociales.

Por Luis Miguel González