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La economía de Estados Unidos no soportó un mes de encierro por el COVID-19. El propio presidente azuza protestas populares para acabar con el aislamiento social. Y esto es un peligro para México, pues el fin del aislamiento allá, va a acelerar el fin aquí también.

Por eso antier empezó a moverse en México una corriente que pretende modular la discusión sobre si en verdad son eficaces las medidas de confinamiento: porque si el COVID-19 casi quebró a Estados Unidos… a México acabó de quebrarlo.

Y es lógico que el tema económico mueva a los dos gobiernos a acelerar el fin del aislamiento: su intercambio comercial, sumando exportaciones e importaciones, es de 614 mil 500 millones de dólares, siendo México el principal socio comercial de su vecino.

De ahí que los criterios sean similares allá y aquí, entre quienes quieren pugnan por sacar a la gente a trabajar hacia el 10 de mayo: que la economía de ambos depende de la actividad de una inmensa mayoría que vive de día en día, y de semana en semana.

El propio vocero de la pandemia en México reconoce que es difícil apretar las restricciones, pues afectaría fuertemente la economía de los pequeños comercios y de quienes viven al día: “Afectaría profundamente la economía de los más desprotegidos”.

El mismo presidente advirtió que su deseo es que la cuarentena por la emergencia sanitaria se levante el próximo 10 de mayo; mientras algunos de sus voceros oficiosos mueven el spin de que si la mayoría sigue sin generar, mañana no tendrá que comer.

Trump también mueve ese spin, pues en Estados Unidos el ahorro de casi la mitad de la gente para una emergencia de vida o muerte no llega al equivalente de nueve mil pesos mexicanos, por lo que 22 millones de personas ya requirieron el subsidio de desempleo.

Y, en México, 72 millones de personas carecían el año pasado de acceso a la seguridad social, y 15 millones trabajan con salario insuficiente para adquirir la canasta básica para su familia, según el INEGI.

Es evidente que en algún momento muy cercano serán insostenibles las economías de ambos socios comerciales, y serán incapaces de soportar el confinamiento ideal contra el COVID-19, aunque parece ya una tendencia mundial.

Vamos, hasta la OMS publicó recomendaciones para levantar las restricciones (“si la gente está totalmente educada, comprometida y capacitada”), cuando hace una semana había advertido de que un levantamiento apresurado conduciría a un “rebrote mortal.

Mientras el gobierno mexicano insiste en que sólo corren riesgo quienes padezcan diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo, EPOC, insuficiencia renal crónica, enfermedad cardiovascular, inmunosupresión, asma o VIH, o los mayores de 60 años.

Los demás pueden trabajar…

Cuando le diga.