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¿Qué tiene que ver el príncipe saudí Abdulaziz bin Salman con las estimaciones macroeconómicas del Paquete Económico 2020 de la 4T?

Algo tan simple como el recordatorio de que los precios internacionales del petróleo se rigen por cuestiones tan imponderables como el hecho de que el reino de Arabia Saudita haya decidido poner al príncipe heredero como titular del Ministerio de Energía, y eso implicó un aumento de los precios del hidrocarburo de más de 2 por ciento.

El mercado espera que la relación saudí con los socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo se mantenga armónica con este nombramiento, y de ahí la reacción al alza del precio del petróleo.

Pero el punto es que influyen tantas cosas, tan volátiles e impensables, en los precios del petróleo, que es muy arriesgado confiar en este tipo de ingresos para un presupuesto estable.

México está muy lejos de aquellos días en que los ingresos públicos dependían mayoritariamente de los precios del petróleo. Aprendimos a la mala que la dependencia presupuestal y comercial de la mezcla mexicana sólo implicaba algunas épocas breves de administrar la abundancia y otras de entrar en crisis económicas profundas.

No es ningún secreto que la 4T tiene deseos de recuperar las viejas glorias de Petróleos Mexicanos para que se convierta en el motor del crecimiento de la economía mexicana, como era en el pasado.

Sólo que hoy la petrolera no es ni la sombra de lo que fue durante el Siglo XX. La producción mexicana se ha derrumbado, Estados Unidos es hoy autosuficiente y el petróleo también ha bajado su participación como el combustible que mueve al mundo.

Pero el Paquete Económico para el 2020 que presentó el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador deja ver que esa industria es una apuesta importante para sus planes.

De entrada, el precio calculado en el Paquete Económico, de 49 dólares por barril, está dentro de lo prudente. La Agencia de Información Energética de Estados Unidos estima que su petróleo referente, el West Texas Intermediate, tenga un precio promedio el próximo año de 59 dólares por barril.

Pero, otra vez, no hay manera de anticipar todas las calamidades o bondades que pueda enfrentar el mercado. Mucho menos ahora que el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede ser factor para generar una gran recesión mundial.

Así que la mezcla mexicana, estimada en 49 dólares por barril, más el juego de dejar que los legisladores le muevan unos dólares para arriba, puede ser un nivel prudente.

Donde sí salieron a relucir los otros datos fue en el nivel de producción de crudo. Suena a un acto de magia aumentar en más de 200,000 barriles diarios la plataforma de producción.

Se limita la participación de privados, no se invierte en exploración y producción de crudo, sino en la refinería que México no necesita en Tabasco, y no hay noticias de algún yacimiento maravilloso recientemente descubierto. Así que ésa es una de las grandes dudas del Paquete Económico del próximo año.

Y la apuesta petrolera de la 4T se cierra con la inyección neta de 86,000 millones de pesos de recursos presupuestales para salvar a Pemex y sus calificaciones crediticias.

La condición de Pemex, sus niveles de producción petrolera y los precios mismos del petróleo son una duda razonable sobre la viabilidad del Paquete Económico del 2020, que por lo demás parece razonable.