Re-transicionar

Usualmente cuando me da por escribir sobre alguien, me adentro lo más que puedo en lo que encuentro sobre su vida, busco imágenes para poder hacerlo más real y paso horas preguntándome y colocando las respuestas en un orden que después me permitan hilar una historia. Cuando supe de Chloe Cole, llamó mi atención lo joven que es y la capacidad reflexiva que tiene a sus cortos diecinueve años.

Junto con mi equipo, revisé mucho del material que hay sobre sus entrevistas y puedo decir que era la primera vez que escuchaba a alguien que hubiera re-transicionado.

En el consultorio recibimos pacientes con temas de identidad, que implican mucho más que la sexualidad o el género. Hemos ido encontrando un hilo conductor con la población de migrantes, en personas que enfrentan problemas relacionados con su origen cultural, étnico o racial, especialmente en sociedades multiculturalmente diversas.

Aparece en algunos trastornos de personalidad, como el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), incluyendo problemas de identidad, como una percepción inestable de uno mismo y dificultades para mantener una imagen coherente.

En algunos casos, los problemas de identidad pueden estar vinculados a la imagen corporal y la relación con la comida, lo que puede llevar a trastornos como la anorexia, la bulimia o la ortorexia. Es una dismorfia corporal en la que alguien ve su cuerpo, o una característica de su cuerpo, de manera diferente a como es en realidad.

Está también la despersonalización que implica sentirse desconectado de uno mismo o de la realidad circundante, como si uno estuviera observando su vida desde fuera de sí mismo. Puede ser un síntoma de trastornos de ansiedad, depresión o estrés postraumático.

Hay eventos que implican una pérdida parcial o total de la memoria de uno mismo, a menudo como resultado de un trauma o estrés extremo.

Está la de muchos enfermos que se sienten relegados por su condición y ya no se perciben a sí mismos como antes, o de aquellos que por alguna razón no se sienten parte del grupo donde viven.

Pero al parecer hoy es la disconformidad persistente entre el género asignado al nacer y el género con el que una persona se identifica, es la que llama más la atención. Esta, así como en las otras, puede generar angustia significativa y a menudo requiere de apoyo médico y psicológico especializado.

En el caso de Chloe como en el de muchos otros también aparece la angustia en quienes atraviesan procesos de cambio de género por lo que la transexualidad se ha vuelto un tema de estudio para nosotros, una minuciosa tarea para encontrar la manera de abrazar los procesos que tocan en la mayoría de los casos, cosas mucho más profundas.

Así nació la idea de buscar a Chloe y Pablo Tron, psicoterapeuta del consultorio se dio a la tarea y encontró cómo hacerlo. Fue sorprendente la respuesta al pedirle si podíamos tener una reunión con ella para poder escuchar su testimonio, pero sobre todo para hacerle algunas preguntas concernientes a qué es lo que ella hubiera necesitado por parte de sus psicoterapeutas y médicos, antes de someterse a el tratamiento hormonal, que incluía bloqueadores de la pubertad, testosterona y una mastectomía doble.

Durante un par de semanas nos dimos el tiempo para trabajar, reunir la información que hemos encontrado sobre este tema y pusimos fecha. Así, el 9 de Agosto quedó marcado en el calendario y comenzó la cuenta regresiva.

Debo confesar que cuando uno toca temas sensibles frente a un público, se abarrotan los nervios, entra el descontrol y cuesta trabajo concentrarse. Hay un halo de fracaso que al menos a mi me circunda como si fuera un grupo de moscas, dejándome una sensación de que no será suficiente, de que no quedará perfecto. Mi cerebro comienza a buscar salidas, quiere salir corriendo y alejarme lo más que pueda.

En mi cabeza empieza la danza para convencerme de que esto que hemos propuesto vale la pena y no; no somos conductores ni traductores expertos, somos solo psicoterapeutas en búsqueda de transmitir formas de abordar ciertos problemas que nos parecen, vale la pena escuchar.

Pero por detrás, hay un latir que me impulsa. En mi mente aparecen las horas dedicadas a estudiar sobre el tema, el equipo que ha dedicado tiempo invaluable a prepararlo y las ganas de que la información que se presente pueda tocar a alguien, le haga sentido y desde ahí pueda tomar decisiones asertivas.

Así nos encontramos con ella, a las ocho de la mañana los nervios nos traicionan pero acompañándonos, unos en otros países gracias a la tecnología y los que estaban ahí, comenzamos la transmisión en desorden, dejando de lado el plan que se había trazado pero aun así, continuamos.

Conocimos a la activista estadounidense que se opone a la atención de afirmación de género para menores y apoya la prohibición de dicha atención después de su propia transición. Su motor es detener la fiebre que acosa su país con el tema de la disforia de género, dando como solución las intervenciones médicas que incluyen las hormonas, bloqueadores y operaciones. Ha aparecido en distintos medios haciendo entrevistas, hablando con políticos, dirigiéndose al Congreso americano, apoyando y abogando por tales prohibiciones. Incluso ha entablado demandas legales contra sus médicos, hospitales y aquellos de quienes no recibió la atención adecuada.

Ella se describie cuando era niña como un “marimacho” que no se ajustaba a las normas sociales y solo comenzó a pensar en la transición después de crear una cuenta de Instagram, y desde ahí, le recomendaron contenido LGBTQ, particularmente contenido acerca de chicos transgénero: “las redes sociales me introdujeron esta idea de que yo podría ser un niño”.

Cuando Chloe expresó con gran claridad la importancia del rol de los padres en la educación de sus hijos, no permitiendo que el contenido de los medios los guíen, habla desde su experiencia. Aquello que los padres no proveen en información les será provisto en las redes, de manos de extraños, de personas que en muchos casos no serán los adecuados para responder a preguntas o a la curiosidad, generando una confusión que preocupa.

Nos compartió que pese haber tenido una fuerte aceptación de sus padres no se libró de la exclusión y del bullying en la escuela. Sin duda muchos programas en las escuelas y a nivel laboral buscan que no haya descriminación de género y debería acentuarse de la misma manera para aquellos que tienen alguna minusvalía o capacidades diferentes. La marginación toca muchos ámbitos de la vida humana donde entra la raza, las creencias, el lugar de nacimiento, la condición social y muchas más.

Cuando menciona que no recibió el cuidado adecuado de sus médicos tratantes, que debió de haber sido con un enfoque más abierto, claro y precisó haciéndole ver las consecuencias de una transición a tan temprana edad y las implicaciones en la sexualidad y reproducción en la edad adulta; nos deja reflexionando.

Habló de ciertos padecimientos debido a los tratamientos y a la forma tan deshumanizada a la que fue sujeta cuando decidió hacer la re-transición. Sobre esto último no se habla cuando alguien comienza este camino, no se exponen las consecuencias ni sus implicaciones .

¡Su mensaje fue claro! Hay mucho por averiguar por detrás de la disforia de género, que es el término médico que se ha acuñado para referir a la profunda sensación de incomodidad y aflicción que puede ocurrir cuando el sexo biológico no coincide con la identidad de género. Ella mencionó que cuando hay un diagnóstico así, hay mucho terreno en el que trabajar. Primero hay que averiguar si hay algún trauma, situación psiquiátrica u otro tema que pueda estar por detrás del síntoma.

Abordar a un paciente que llega a consulta con esto, significa estar atentos, no catalogar, no usar el diagnóstico como escusa para impulsar tratamientos a una edad donde ella refiere como “una violación a los derechos de la infancia”. Un niño aunque tenga confusión, que puede ser normal en muchos de ellos, es un niño, su lugar está en jugar, aprender y crecer.

NO a la transición de niños es su lema y su búsqueda. Que lo que le sucedió a ella, no se repita. Por eso ha ido a hablar al Congreso, buscando que la escuchen en distintos foros en Estados Unidos y abriendo el camino para hablar de estos temas, incluso encontrando a otros que como ella, han comenzado el camino de regreso.

En términos de legislación en algunos estados en Estados Unidos, hoy pueden quitarte a tus hijos si no estás de acuerdo con que hagan la transición o como en California, que aprobó una ley que lo convirtió en “estado refugio” para familias que “huyan” de Alabama, Texas, Idaho o cualquier otro estado que criminalice a los padres que permiten que sus hijos reciban atención de afirmación de género.

Una nueva ley aprobada permite al estado de Washington quitarles la patria potestad a aquellos padres que no brinden el consentimiento de realizar la transición de género a sus hijos. Este es el polémico proyecto de ley SB 5.599.
El Congreso francés aprobó de forma definitiva una ley para introducir un nuevo delito en el Código Penal, que le otorga años de prisión y severas multas a los padres que no quieran autorizar a sus hijos a cambiar de género. La ley le quita el poder a los padres de decidir sobre sus hijos menores de edad, y éstos pueden requerir un cambio de sexo sin la autorización de nadie, y sin costo, ya que pueden hacerlo en el sistema público de salud, y los médicos no pueden rechazarlo porque también quedarían sujetos a esta legislación.

Aunque en México todavía no estamos ahí, hoy recibimos en consulta este tipo de situaciones que afectan no solo al paciente si no a sus familias, por lo que un abordaje sistémico debe ser prioridad en estos casos.

Hoy todavía las investigaciones sobre este tema, son inconclusas dejando un espacio para la interpretación y el uso de información que no es precisa. Chloe compartió cómo los indices de suicidio en esta población transgénero, es más alta que en otras.

En nuestras intervenciones hablamos del cierre del Servicio de Desarrollo de la Identidad de Género fundado en 1989 en la clínica Tavistock, hasta entonces la única clínica especializada en identidad de género para niños y jóvenes del Reino Unido, después de que una revisión independiente dirigida por la Dra. Hilary Cass concluyera que los jóvenes corrían un «riesgo considerable» de sufrir problemas de salud mental y angustia. Un informe de la Care Quality Commission había calificado el servicio de «inadecuado» y criticado su mantenimiento de registros.
Despedimos a Chloe con un profundo agradecimiento y nos comentó que es la primera vez que un grupo de profesionales de la salud mental la buscan para escuchar su testimonio.
Quedé satisfecha, desde luego que pudimos hacerlo mejor, que tuvimos tropiezos al inicio, pero la candidez de Chloe y su suavidad, nos encauzaron al final.
El contenido nos permite continuar en el trabajo que nos compete, acompañar al ser humano que por detrás de sus diagnósticos llega a nosotros y la obligación de nuestra parte de seguir preparándonos, para brindar un servicio de salud mental cada vez mejor.

PD. Gracias a Claudia Ruiz, directora de nuestro consultorio, a Pablo Tron, psicoterapeuta del consultorio, a Isy, Olivier y Maryely. A María, a Chloe y a todos los que asistieron a la plática.

Por DZ

Claudia Gómez

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