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#LaPeorMamá. ¡Van a venir los muertos!
Foto de Archivo

Este año, como los últimos dos, pusimos nuestra ofrenda del día de muertos.

Fuimos a comprar papel picado, veladoras, calaveritas de azúcar, etc. Cempasúchil no compramos porque las pobres flores estaban mas muertas que los muertitos de la ofrenda.  

Pusimos fotos, frutas, botellas y lo tradicional que le gustaba a nuestros seres queridos. Evité la comida, por el momento, porque siento que me lleno de animales.  

Mientras la poníamos, #minispeedy le contó a su hermana por qué se pone la ofrenda y lo que significa. Que nuestros seres queridos que ya no están vienen una noche a comer y disfrutar lo que les dejamos en la ofrenda y demás.

De pronto dice:

  • Ya sé, ¿por qué no ponemos papel picado en nuestro cuarto? Así cuando venga mi abuelo, pasa a visitarnos y nos cuida. Porque, él hace que los sueños feos se vayan.
  • Mmmm, pues podría ser, aunque el papel picado es para la ofrenda. Mejor aquí lo dejamos.

Ahí quedó la plática. Y el papel se quedó en donde estaba.  

En mi casa, el tema de la muerte está bastante bien platicado y explicado al nivel de los niños. El haber perdido a su abuelo generó muchas dudas en #minispeedy que le respondimos de la mejor forma que pudimos. Y conforme ha pasado el tiempo ha hecho más preguntas, a veces se las respondemos; otras cuantas se las responde él mismo. 

Cuando muere algún familiar o algún conocido, siempre se los hacemos saber y siempre pedimos por la persona en cuestión y su familia.  

Y #miniplausi, que apenas iba a cumplir 2 años cuando falleció su abuelo, prácticamente ha crecido sabiendo que su abuelo se murió.  

No es, ni un tema ajeno, ni algo que se les esconda, ni algo que los haya traumado. Creo.  

En fin. Una noche, días después de haber puesto la ofrenda, los acuesto y #miniplausi empieza a decir:

  • ¡Van a venir los muertos! ¡Van a venir los muertos!

El señor de la casa, #minispeedy y yo, nos quedamos viendo como diciendo: Ahora sí ya se le safó un tornillo.

  • ¿Cuales muertos? ¿En dónde están?
  • Pues no sé. Pero van a venir. Mi hermano dijo.
  • ¿Tu hermano dijo que van a venir los muertos?
  • Sí. Él dijo. Dijo que pusimos la ofrenda para que vengan los muertos. Y yo no quiero que lleguen los muertos.

#minispeedy en ese momento empezó a tratar de tranquilizar a la hermana.

  • Pero, ¿no quieres que venga el abuelo a llevarse tus sueños feos?
  • No, no quiero que vengan los muertos.
  • Es que van a venir a visitarnos porque nos extrañan. ¿No extrañas al abuelo?
  • No, que no vengan los muertos.

En algún momento entendí que ella pensaba que iban a venir todos los muertos. Y claro que a nadie le gustaría eso.

  • Mi niña, no van a venir los muertos.
  • Claro que si mamá. – Decía #minispeedy – Para eso pusimos la ofrenda.

Y yo viéndolo con ojos de pistola.

  • Ok, ok. Pusimos la ofrenda porque es una tradición. Porque es una forma de recordar a las personas que ya no están y a las que amamos mucho. Pero no quiere decir que literalmente vengan. Ellos, como ya saben, nos están cuidando siempre y están presentes en nuestro corazón, y no tenemos porque tener miedo.
  • Pero mami, ¿y si vienen los muertos?
  • A ver, corazón. Si vienen los muertos no van a venir todos. ¿Viste las fotos que pusimos en el altar?
  • Sí.
  • ¿Quiénes son?
  • El abuelo, los tíos, tus abuelos.
  • Ok, no son muertos desconocidos. Son personas que extrañamos ¿verdad?

Claro que ella no los extraña, a la mayoría ni los conoció.

  • Sí, mami.
  • Ok, si llegan a venir, solo van a venir los de las fotos ¿ok?
  • Si mami.

Total, ahí quedó la cosa y por fin accedieron a dormirse. Y lo último que escuche decir a #miniplausi antes de caer profunda fue:

  • Pero mejor que no vengan los muertos.

Gracias por leer

#LaPeorMamá