Elecciones 2024
Elecciones 2024
#LaPeorMamá ¿Tenemos COVID?
Foto de Archivo

Hace unos días amanecí con dolor de garganta. El típico dolor de garganta. Tres días antes, terminando de hacer ejercicio bien tempranito, bajé a hacer desayunos y café y sentí mucho frío.

Seguro me enfríe. Pensé.

Siempre que tengo molestias en la garganta hago gárgaras como me enseñó mi abuelo y muchas veces, la gran mayoría, eso es suficiente para no enfermarme. Así que no me sorprendió que desapareciera el dolor.

Eso fue un viernes.

El domingo, sentía la garganta rasposa. Ya saben, esa sensación de tener algo atorado. Es molesto pero no duele, solo raspa.

Esa noche, de domingo a lunes me puse fatal. Dolor de garganta, tos, dolor de cuerpo. Nada de fiebre, eso sí.

Pasé uno de los peores lunes de la vida. Estuve todo el día cansada intentando sobrevivir a las clases en línea y la rutina del día porque la comida no se hace sola y todos tienen que comer. Una vez que los niños terminaron la tarea me acosté y dormí toda la tarde, toda.

No podía despertar, estaba cansadísima después de haber dormido 4 horas.

La verdad me asusté. Y lo que vino a mi mente fue: COVID.

Pero no tienes fiebre, me decía el marido.

Pues sí pero he sabido de casos sin fiebre. Al final decidí hablarle a la doctora.

Después de, muy amablemente, escuchar toda mi historia me dijo:

Pues parece ser una gripa típica.

Uff, que alivió. Y no había terminado de pensarlo cuando continuó:

Pero la realidad es que he tenido muchos pacientes con aparente gripa y fue COVID. Los síntomas son muy variados: no a todos les da fiebre, no a todos les da tos, no a todos les duele la cabeza, no a todos les da diarrea. Me parece que mejor debes hacerte la prueba.

Pues nada que hacer ¿verdad?

Vinieron un par de días después del laboratorio a hacerme la prueba. Sí, algunos laboratorios tienen ese servicio.

Tres técnicas llegaron con sus cubrebocas, caretas, batas, guantes y todo su kit para hacer la prueba.

Tomaron mi cocina como consultorio. Sanitizaron todo y procedieron. Dos muestras me tomaron.

La primera un típico exudado faríngeo, o sea tomaron una muestra de mi garganta. No se siente padre, dan ganas de vomitar pero se controla.

La segunda. ¡La segunda fue horrible! Esa fue nasofaríngea, o sea tomaron la muestra del fondo de mi nariz, ahí donde empieza el cerebro. O al menos así se siente.

Señora, no se vaya a mover porque la puedo lastimar.

Una sensación horrible que te provoca moverte y tu mente te dice: ¡quítate que se siente espantoso!

No tomó más de cinco segundos que se sintieron como horas.

Las señoritas recogieron todo, desecharon sus guantes y batas en una bolsa de residuos biológicos y se la llevaron con ellas para poder desecharla de forma adecuada.

De 24 a 48 horas tendrá su resultado. Fueron horas larguísimas. Yo quería saber si era o no era. Mis hijos querían saber qué pasaba.

¿Si estás enferma, todos estamos enfermos?

Probablemente sí.

Pero yo me siento bien. No estoy enfermo.

Podría ser que estés enfermo y no tengas síntomas. O que aún no te hayan dado.

Esperamos y esperamos.

Falta contarles que el día de la espera fue el día de mi cumpleaños, así que fue un cumpleaños un tanto angustiante.

A las 6 de la tarde, 36 horas después de que me tomaron la muestra, llegaron los resultados:

SARS-CoV-2 NO DETECTADO

Descansé, descansé mucho. Sobre todo porque no quería encerrarme un mes y perderme las vacaciones a la playa que tengo planeadas para dentro de unas semanas. Descansé porque mis hijos y mi marido no se van a enfermar. Pero la verdad, la verdad es que una parte de mi se sintió decepcionada pues ya estaba hecha a la idea de que me había dado y no había estado tan mal.

En fin. No fue COVID, fue una gripa. Nuestros cuidados han sido los correctos. Estamos sanos y así seguiremos mientras nos cuidemos. Seguiremos con todas las precauciones.

¡Cuídense!

Gracias por leer

#LaPeorMamá