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#LaPeorMamá. ¿Qué onda con Djokovic?
Foto de Archivo

Debe ser muy difícil ser una figura pública. Todo lo que haces y dices está bajo la opinión pública. Y qué gran responsabilidad.

Hoy no vengo a cuestionar la decisión de este gran tenista con respecto a vacunarse o no vacunarse.

Soy pro vacunas por decisión propia, por formación y por educación. Sin embargo entiendo y empatizo con quien tiene una opinión diferente a la mía.

Pero sí vengo a dar mi opinión frente a la decisión de utilizar el poder para intentar violar las leyes de un país.

En pocas palabras, por si son como yo y de pronto no se enteran de las noticias, Djokovic se presentó en Australia para jugar el abierto de tenis aún y cuando sabía que para ingresar al país debía presentar su comprobante de vacunación vs COVID.

El señor se amparó bajo el argumento de que ya había presentado la enfermedad y por lo tanto tenía inmunidad al virus. Cosa que no es necesariamente cierta, pues no está científicamente comprobado, tanto así que hay personas que han presentado la enfermedad en dos o más ocasiones.

Después de dimes y diretes, y muchas quejas por parte de la población terminaron por revocarle su visa y deportarlo. Perdió la oportunidad de ser el tenista más galardonado del mundo pues dejó ir la oportunidad de ganar su 21vo Grand Slam.

Lo que me queda muy claro es que sus convicciones fueron más importantes que su carrera, lo cual no veo mal. Por el contrario, es muy admirable o lo hubiera sido si no hubiera tratado de pasar por encima de la ley.

Hace unos días, cuando escuchamos la noticia de que estaba peleando por quedarse en Australia mi hijo me preguntó:
– Mamá ¿por ser Djokovic puede hacer lo que quiera?
– ¿Tú qué crees?
– Que no debería poder. Las reglas son las reglas.

Mi cola de pavorreal se extendió en ese momento en todo su esplendor pues me parece que estoy haciendo un buen trabajo.

– Tienes razón. Nadie, no importa quien, debería poder romper las reglas o las leyes. Pero a veces sucede.

Hoy que se enteró que el asunto terminó en la deportación del tenista, su comentario fue:
– Qué bueno, así le enseñan a todo el mundo que no pueden romper la ley.

Aplausos para mi hijo y más aplausos para el gobierno australiano que no cedió ante la presión que debió suponer el tomar la decisión.

Al investigar para escribir esto que me hacen favor de leer, me doy cuenta de que Djokovic tiene dos hijos, de 7 y 5 años, y me pongo a pensar en lo que esta situación podría generar en ellos.

Siempre digo que debemos ser ejemplo de nuestros hijos y me queda claro que estos chiquillos tienen un enorme ejemplo de perseverancia y constancia, entre otras cosas, y después pienso que también tendrán este ejemplo de poder intentar hacer lo que sea, aun sea pasar por sobre la ley y me genera mucha frustración.

No quiero decir que los hijos de este hombre vayan a ser malos o prepotentes pero sí me da mucho a pensar en todos los papás y mamás que le muestran a sus hijos que el poder nos permite romper reglas.

Conozco dos o tres que deberían haber recibido el ejemplo contrario.

En fin, definitivamente creo que el mundo sería un lugar mejor si todas las leyes de los países se hicieran cumplir de la misma manera en que esta vez Australia hizo valer las suyas.

Gracias por leer
#LaPeorMamá