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#LaPeorMamá No soy la maestra de mis hijos
Foto de Archivo

No mamás, sus hijos no necesitan que ustedes estén sentadas junto a ellos con el cinturón o la chancla para que estén prestando atención en la escuela como tan graciosamente lo vemos en los memes. Sí me hacen reír la verdad.

Los niños tienen la capacidad de ponerle atención a la maestra, aún a distancia. Ellas están capacitadas para ello. Lo hacen todos los días. Para lo que no están capacitadas, es para lidiar con las mamás de 20 chamacos al mismo tiempo.

Por supuesto que no es lo mismo entretenerlos y enseñarles en el salón que en una pantalla pero tienen todos los conocimientos, paciencia y entrega para lograrlo.

Cuando una mamá está sentada junto a su chamaco o chamaca diciéndole qué hacer, cómo hacer y qué responder le está quitando a su hijo la oportunidad de aprender.

Ojo. Yo no estoy diciendo que los dejen solos y se vayan al club (por decir algo, ya se que no se puede). Debemos estar pendientes y apoyarlos en caso de que algo se les atore pero de verdad no sumamos nada “soplándoles” las respuestas pues coartamos su forma de aprender.

Sí. Entiendo que los más pequeños de kínder son más dispersos, que su atención dura menos tiempo y que en ocasiones si los dejamos solos se irán a otro lado a jugar.

Pero así hacen también estando en la escuela y si no me creen pregúntenle a una maestra de preescolar ¿cuánto tiempo están realmente prestando el 100 por ciento de atención los niños de 3 o 4 años?

Y poco a poco, al pasar los días y las semanas comienzan a mostrar interés y estar más en la clase que “pajareando”.

Desde mi punto de vista, que sé perfecto que no es el de todo mundo, el estar corrigiendo a nuestros hijos mientras toman clases en línea, con una maestra; lo único que hace es restarle autoridad a la maestra.

Necesitamos confiar en las escuelas, en las maestras y sobre todo, en nuestros hijos.

Llevamos ¿cuánto? tres días de clases. Algunas una o dos semanas porque entraron un poco antes a la “regularización”. Necesitamos ser pacientes.

A todos nos cuesta acostumbrarnos a la nueva rutina, o a la vieja, cuando hemos pasado dos meses de vacaciones haciendo y deshaciendo como queremos. Nos cuesta levantarnos y estar frescos para arrancar el día.

A todos nos cuesta llegar a un lugar con gente nueva, nuestros hijos no son la excepción. Quizá cambiaron de maestra, o de compañeros o hasta de escuela. Hay que darles chance. Adaptarse lleva tiempo. A unos más que a otros.

Créanme cuando les digo que nuestros hijos agradecerán la confianza que depositamos en ellos para lograr las cosas. Esto los vuelve independientes y responsables. Y además les ayuda a construir su autoestima.

De verdad, denle la oportunidad a los niños de demostrar lo que pueden hacer por ellos mismos. Déjenlos “en la escuela” como si fuera presencial. Denle a las maestras la oportunidad de enseñarles al ritmo que ellas saben que deben aprender.

Y ustedes permítanse tener un minuto mientras ellos están en la escuela. Como antes ¿a poco no lo extrañan?

Gracias por leer

#LaPeorMamá

Por Claudia García Reyes

Twitter: @la_peor_mama