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#LaPeorMamá Ando dudando de mí
Foto de Archivo

A últimas fechas he estado observando a las mamás que están a mi alrededor. Ésta práctica se me ha facilitado por el tema de las vacaciones. Cuando lo niños están en la escuela convivo con muchas mamás, pero gran cantidad de veces es sin los niños. Ahora que lo pienso es una cosa muy rara. Pero ya tocaré ese tema en algún momento, tal vez.

La cosa es que me he dado cuenta de lo valemadrista que soy. O de lo sobreprotectoras que son algunas mamás. O de la gran confianza que le tengo a mis hijos. O de lo diferentes que somos todas.

Hoy, por ejemplo, fuimos a un lugar con albercas. La alberca en la que se metieron los niños es justo para niños, bajita con muchas resbaladillas y toboganes. Ellos llevan yendo a ese lugar toda su vida y lo dominan. Mis monstruos llegaron, aventaron las chanclas y se metieron mientras yo me quedé sentada a unos metros de la alberca, sin una muy buena vista de ellos por los toboganes, pero los veía de vez en vez. De pronto, me doy cuenta de que había una niña de tal vez unos 5 años a la que no dejaron meterse al agua hasta que papá y mamá se metieron con ella y no le quitaron la vista de encima ni medio segundo y, cuando los papás quisieron salirse porque ya estaban aburridos, la sacaron, la secaron y la vistieron entre los dos como si ella no pudiera. Aclaro, la niña no tenía ningún impedimento físico. Me saqué mucho de onda. No sé si con ellos o conmigo. Les digo que últimamente me pasa mucho. ¿Será que yo estoy mal? ¿Será de verdad que tengo que estar pegada con ellos todo el tiempo? ¿Está mal que no me preocupe porque se metan al chapoteadero solos?

Cuando caminamos por la banqueta, por ejemplo, dejo que caminen solos; solo les exijo que me den la mano para cruzar la calle, pero ellos van caminando solos y me he dado cuenta de que casi nadie lo hace. ¿Seré demasiado confiada? Obviamente no van solos, siempre caminan adelante de mí para que los pueda ver y saben perfecto que cuando les pego un chiflido se paran. Sí, como perritos a chiflidos, esa es la señal. Sí me hace gracia, la verdad, y ellos identifican perfecto lo que el chiflido significa, no les chiflo para nada más.

Cuando voy a una fiesta los aviento en los juegos y me pongo a chismorrear con las mamás. Hay veces que se me olvidan. ¡No es broma! Hay veces que estoy tan metida en el chisme que solo cuando dicen que ya van a partir la piñata o que van a servir de comer o de plano cuando alguno llega a decirme que quiere ir al baño es cuando me acuerdo que llegué con hijos. Yo los dejo ir a jugar, pienso que si algo se les ofrece me vendrán a buscar, siempre es así. Pero veo que hay mamás que no les quitan un ojo de encima, que todo el tiempo están ahí pegadas a ellos. Es más, me han tocado mamás que no se sientan en toda la fiesta por estar con los niños. ¿Yo peco de mala madre? o ¿ellas de no dejarlos en paz? Me lo pregunto mucho.

#minispeedy va al futbol en la escuela desde que estaba en primero de Kinder. En aquella escuela las maestras los ayudaban a cambiarse y los llevaban a la cancha a entrenar. En la escuela de ahora pasa el maestro por ellos y se van a cambiar al baño solos para ir a entrenar. No es algo que me agobie. Sé que mi hijo es completamente capaz de hacerlo. Jamás me ha perdido ni un calcetín. Miento, sí perdió una lonchera. Yo jamás iba a los entrenamientos, pasaba por él cuando el entrenamiento terminaba. Cual va siendo mi sorpresa cuando me entero que las mamás van a asolearse una hora completa para cambiar a sus hijos y verlos todo el entrenamiento ¡diario! Ahora ya voy una vez a la semana porque no pude con la culpa. ¿Sí estoy muy mal por no soplarme todos los entrenamientos?

Mis hijos comen cantidad de “comida chatarra”, igual que yo. Les encantan las papas y los dulces. Toman refresco y agüitas de sabor. No me agobia en lo más mínimo. Por supuesto que no es diario pero claro que la consumen. Después platico con alguien que no les da nada procesado a sus hijos y me entra la gran duda: ¿de plano estoy perdida? ¿Sí debería restringirles todo? ¿Los hago veganos? ¡Nah! No podría.

Sí, todos los días dudo de algo. Todos los días me pregunto si lo hago bien o mal. Algunas cosas me las perdono bien fácil, otras me cuesta. Estoy intentando con todo mi ser tener hijos felices que disfruten la vida. Según yo no estoy tan perdida, y pues mi marido creo que comulga con mi forma de pensar. O disimula super bien.

Sé que todas las personas somos diferentes. Sé que hay muchas formas de ser. Sé que las mamás sentimos un peso enorme en nuestros hombros con los niños y que este peso crece con cada mirada juzgona que pasa junto a nosotros, con cada comentario cuestionador por parte de alguna otra que está igual que nosotros. Pero en estos días me he dado cuenta de que definitivamente nosotros podemos ser nuestros peores jueces. Ya me voy a dejar en paz porque mi yo interior me está volviendo loca con todas sus preguntas.

A seguirle porque no hay más.

Gracias por leer