Elecciones 2024
Elecciones 2024
#LaPeorMamá. Uno más
Foto de Archivo

Si hay algo que he aprendido en la vida es que pasa volando. Por alguna extraña razón mientras más grande estoy, o sea, mientras más vieja estoy más rápido pasa el tiempo. ¿Soy la única?

Cuando estaba chica sentía que los meses que duraban las clases eran una eternidad y hoy, que fueron los actos académicos de mis hijos, por supuesto en Zoom, pensé en ese momento en el cual pensaba que quizá este ciclo escolar fuera presencial. Ilusa yo.

Ya los niños tuvieron todo un ciclo escolar completito en casa y pasó volando. Es más ya no me acuerdo muy bien como era llevarlos a la escuela. Con todo y que tuvimos un “simulacro” de una semana que sí fueron.

Ay esos pobres, una semana les duró regresar a clases. Pero ese es otro tema.

Si el ciclo escolar pasado, del cual tuvieron unos meses en casa pensé que tanto los niños como los papás y los maestros se la rifaron, hoy digo se la mega rifaron. De verdad que digan lo que digan, todos somos de admirar en cuanto a las clases en línea se refiere.

Si, tú que ya estás cansada del zoom, tú que pasaste horas reaprendiendo kínder o primaria junto con tu hijo, tú que lograste acomodar tu horario de trabajo con las escuelas de tus hijos, tú que compartiste tu compu para que tus hijos tomaran clases o que hiciste un gran esfuerzo por comprar algún dispositivo para lo mismo.

Tú que aprendiste a respetar y empatizar con el compañero al que le aparecían los chamacos a la mitad de la junta gritando “papá ya acabé” porque en el fondo sabías que en cualquier momento los tuyos harían algo por el estilo. Tú que cantaste en las clases de música y brincaste en las de deportes. Tú que pacientemente, o lo más pacientemente que en ese momento pudiste te sentaste a repasar las tablas de multiplicar con el crío.

Tú, hijo, ese que no se concentraba y daba vueltas por la casa mientras “tomaba clase”, el que todos los días decía que no se quería conectar, el que se conectaba muy puntual, el que veía videos mientras “tomaba clase”, ese que le costó no ver a sus amigos.

Tú, maestra que adaptaste tu casa para tener un “salón de clases” para tus niños, tú que también tienes hijos y tenías que estar dando clase pero viendo que no se echaran las pinturas encima, tú que apoyaste a niños en su casa en alguna burbuja, tú que te las ingeniaste para que a distancia se enamoraran de ti incluso sin conocerte.

Todos somos unos fregones. Todos nos merecemos todo el reconocimiento del mundo. Y no, no me refiero a una calificación, me refiero a un aplauso de corazón, a un abrazo, a un “te entiendo porque paso lo mismo que tú”. 

Gracias a todos y todas los que han hecho posible cerrar un ciclo escolar completo en casa. ¿Pudo haber sido de otra forma? Puede ser. ¿Nos hubiera gustado que se hicieran otras cosas? Probablemente. ¿Si nos hubieran preguntado habríamos optado por algo más? Por supuesto.

Pero hoy, hoy veamos lo que sí tenemos. Hoy reconozcamos la labor docente, la de los papás o los abuelos o los tíos y la de los niños. Hoy agradezcamos lo que sí se logró y comprometámonos a cuidarnos y seguir adelante así o como venga la cosa.

¿Qué cómo será el siguiente ciclo? Ya mejor no pienso. Primero aventemos los libros y disfrutemos la vacación. Ya en agosto platicamos.

Gracias por leer y felicidades a todos por este cierre de ciclo

#LaPeorMamá