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La marquesa de La Marquesa

Uno de los paseos preferidos de los habitantes de la Ciudad de México es ir el fin de semana al bosque de La Marquesa para respirar aire fresco o divertirse con alguna de las actividades que ahí se ofrecen, además de probar los clásicos antojitos que le han dado fama.

La marquesa de La Marquesa - la-marquesa-hoy-estado
Foto de Hoy Estado

Doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga es una persona muy importante aquí, y no porque venda quesadillas, sino porque a ella es a quien se debe el nombre de este verde lugar.

Hernán Cortés y su amor
La marquesa doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga era esposa del conquistador Hernán Cortés, con quien viajó a México en 1530 para asentarse en Cuernavaca, lugar donde también formó a su familia.

La marquesa de La Marquesa - la-marquesa-de-cortés
Foto de internet

Una vez, la pareja viajaba por el Camino Real a Toluca (que, por cierto, fue el primero de peaje en la Nueva España) y cuando llegaron a la zona de los llanos de Salazar, la marquesa prácticamente se enamoró de la belleza de los paisajes y la naturaleza de ese lugar.

Cortés quiso complacer a doña Juana y le prometió que ahí le construiría una finca para que la visitara cuando quisiera descansar.

Fue entonces cuando ahí se construyó la Hacienda del Monte de las Cruces que, posteriormente, se conocería mejor como “Hacienda de la Marquesa”.

Por cierto, el lugar se llamaba Monte de las Cruces porque, una vez, Cortés pasó por ahí y vio varios montículos de tierra, y después de que le informaron que en realidad eran entierros de las personas que habían sido asaltadas y asesinadas por los bandidos que abundaban en el lugar, ordenó que a cada uno se le colocara una cruz, y de ahí obtuvo ese nombre.

Parque Nacional
Pero el nombre que prevaleció para la zona fue el de “La Marquesa”, a pesar de que en 1547, tras la muerte de Cortés, la hacienda cambió de dueños.

La marquesa de La Marquesa - la-marquesa-gobiero
Foto de internet

Esa zona continuó siendo escenario de acontecimientos importantes, como una batalla de la Guerra de Independencia encabezada por el mismo Miguel Hidalgo, el 30 de octubre de 1810, y que fue conocida como “la batalla de los Insurgentes” o “la batalla del Monte de las Cruces”.

Ahí también hubo una fábrica de botellas de vidrio, lo cual le dio cierto esplendor, hasta que en la Revolución, los zapatistas incendiaron lo que quedaba de la Hacienda de la Marquesa.

Ya en 1936, el presidente Lázaro Cárdenas declaró a La Marquesa como Parque Nacional y, por cierto, le dio el nombre oficial que hasta hoy tiene: Parque Nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla. Pero prácticamente nadie lo conoce así.

Entonces, la marquesa de La Marquesa se llamó Doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga.

Por Carlos Tomasini (@carlostomasini)