Elecciones 2024
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Halet Çambel

Siempre he tenido esta sensación angustiante de que el tiempo va borrando nuestros pasos sobre el mundo que habitamos.

Lentamente decolora la impronta  de nuestros huesos y nuestros actos, cobrándose así en el sentido más profundo de la impermanencia.

Negándome a solo dejar una huella energética en el ADN que se transmite generación tras generación para aquellos que fuimos padres, he concebido un espacio en los rescoldos sinuosos de mi mente, donde he creado archivos qué se vuelven imágenes de aquellas cosas que distinguen a unos y a otros. De aquellos seres que han tocado mi espacio y me han robado el aliento. Ahí donde tejo y custodio mis personajes, donde hilo mis historias, donde atesoro la representación de las crónicas que me cuento.

Como no tengo que pedir permiso a nadie, yergo esculturas para aquellos seres que para mí son grandiosos, por su osadía y por su valiente puesta a la vida, porque sus pasos tejieron algo para los que siguen, en bendiciones o grandes lecciones.

Entonces, me  vuelco en el lenguaje para detenerlos apenas un poco más en forma de letras que vierto sobre el papel. Acaso el apunte que surja, surque el tiempo y en ello quede un espacio suspendido para accesar a él, a través de lo escrito.

Hoy apenas amanece, entro en este mágico hábitat cerrando los ojos,  donde las hojas de papel se vuelven pájaros alados, donde abajo es arriba y no se distingue lo real de lo ficticio. Entre colores brillantes y niños que son ancianos, dragones y lobos blancos que viven en la luna; ahí encuentro en forma de árbol un nombre que pende al lado de una hoja morada y al tocarla antes es lo mismo que ahora y después se dibuja en un plano paralelo. Desprendo con cuidado las letras y subo a una colina donde veo el desierto, el mar, el bosque y la selva en un mismo espacio. Una brisa dorada acaricia mis alas y comienzo a tejer  en forma de lenguaje el recuerdo de una mujer apasionante.

Colocó música y escuchó a Marlén Dietrich cantar Lili Marlén.

Ya llamó el centinela, tocaron la retreta

“¡Te puede costar tres días!”

“¡Camarada, ya voy!”

Entonces dijimos “Adiós”

Cuánto me gustaría andar contigo

Contigo, Lili Marleen

Contigo, Lili Marleen 

En tiempos de una vorágine marcada por la muerte de más de sesenta millones de seres humanos, ahí donde sigue doliendo la cerrazón y la falta de sentido, aparece un ser extraordinario. Uno de esos que no se amolda a su tiempo y menos a su género.

Alguien que decidió emprender un viaje, dar un salto al vacío, volverse uno con una aventura fuera del mundo ordinario, para enfrentarse a tanto, para alcanzar un sueño.

Este arte en solitario de empuñar la pluma, me sitúa en modo de viaje y me pongo en Berlín,  entre 1916 y 1940. El pelo se me encoge, uso una banda con una pluma, visto a la moda, hombros anchos y cadera estrecha, me pongo un collar de perlas largas que cuelga a mi espalda. Sin duda una de mis épocas favoritas para aquello de la moda.

Así revisto una época que vio nacer y crecer a Halet Çambel quien concienciada en visibilizar a las mujeres turcas, rompió con las tradiciones y las normas de aquello esperado para una mujer de su época.

Se coloca frente las puertas de los clubes deportivos entrando airosa y resulta  practicando entre otros deportes, esgrima, judo, ciclismo y hípica. Me pregunto si habrá tenido miedo, dudas. Y estoy casi segura que las tuvo, pues aquellos que vemos como valientes, se vencen primero así mismos.

Su determinación la llevó a participar en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 en la categoría individual femenina de florete, donde intervino como Esgrimista. Es posible que  no haya conseguido los honores para Turquía, pero hizo algo que le valió el aplauso y la admiración de tantos; con unas agallas admirables, se negó a reunirse con el entonces dictador alemán Adolf Hitler.

Pero ahí no terminó su huella en un mundo construido para hombres.

Ingreso a la universidad  de la Sorbona en París siendo muy joven y recibió la formación de pregrado de arqueología. Y fue todavía más allá, doctorándose en 1940 en la Universidad de Estambul.

Fue una turca con una intrepidez poco común, con una mente brillante y audaz. Jugó un papel clave en la comprensión de los jeroglíficos hititas y en la conservación del patrimonio cultural de Turquía.

Encontró en Nail Çakırhan, un poeta comunista célebre arquitecto, una pareja con quien estuvo casada durante 70 años, hasta su muerte.

Hoy la recuerdo cuando miro su rostro en una antigua foto. La sacó a relucir porque tal vez sean solo unos cuantos quienes sepan quien era.

En mi colina inhalo mis reflexiones y resulta que en ellas me doy cuenta qué así como el lenguaje da vida, también ocurre qué la primera muerte ocurre con el mismo, donde se arranca al sujeto del presente y se le coloca en el pasado, ahí donde se guarda en la memoria o en algún libro de historia, donde sus acciones se convierten en pasajes acabados como si halla y entonces se empolvaran y se volvieran uno con los espacios fríos de lo que parece poco relevante.

Entonces los seres y sus acciones se cosifican, comenzaron y acabaron en un tiempo que ahora está extinto.

Desde este lugar donde hago mis embrujos, donde el aquelarre se vuelve un hilado de frases, te saludo Halet y coloco una sonrisa sobre tu rostro. Ahora habrá más de uno qué conozca tu nombre y tu grandeza proeza.

DZ

Letra completa de la canción más popular de la Segunda Guerra Mundial Lili Marléen

Frente al cuartel, delante del portón,

Había una farola, y aún se encuentra allí

Allí volveremos a encontrarnos

Bajo la farola estaremos

Como antes Lili Marleen

Como antes Lili Marleen

Nuestras dos sombras parecían una sola

Nos queríamos tanto

Que daba esa impresión

Y toda la gente lo verá

Cuando estemos bajo la farola

Como antes Lili Marleen

Como antes Lili Marleen

Ya llamó el centinela, tocaron la retreta

“¡Te puede costar tres días!”

“¡Camerada, ya voy!”

Entonces dijimos “Adiós”

Cuánto me gustaría andar contigo

Contigo, Lili Marleen

Contigo, Lili Marleen

Ella conocía tus pasos

Tu elegante andar

Todas las tardes ardía

Aunque ya me había olvidado

Y si me pasara algo

¿Quién se pondría bajo la farola

Contigo, Lili Marleen?

Contigo, Lili Marleen?

Desde el espacio silencioso

Desde las entrañas de la tierra

Me levantan como en un sueño

Tus labios lleno de amor

Cuando las nieblas nocturnas se arremolinen

Yo estaré junto a la farola

Como antes Lili Marleen

Como antes Lili Marleen

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