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El ‘abuelito’ de los rascacielos de la Ciudad de México

Una de las esquinas más transitadas y fotografiadas de la Ciudad de México es la de Avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, desde donde todos los días se toman cientos de imágenes del Palacio de Bellas Artes, la Torre Latinoamericana, el Palacio Postal y hasta de la Alameda, pero hay un lugar que es ignorado por muchos: el edificio ‘La nacional’.

Este edificio, inaugurado en 1932 (otros registros dicen que 1934, pero parece que empezó a funcionar antes de que lo terminaran) y cuyo nombre se debe a la compañía aseguradora que lo mandó a construir, es prácticamente el primer rascacielos que se levantó en suelo chilango, donde hasta entonces se creía que no podía haber edificios altos debido a sus características sísmicas.

Pionero en todo

Localizado en Juárez 4, fue el primer edificio de más de 10 pisos y de más de 50 metros de altura, además de que fue el primero que se construyó de acero y concreto (bueno, hay quien dice que ese récord fue para El Palacio de Hierro que se encontraba en el mismo lugar del de hoy, en 20 de Noviembre, pero esa es otra historia), algo nunca antes visto en una ciudad donde las edificaciones más simbólicas estaban hechas de cantera, tezontle y ladrillos.

Por cierto, antes de él, la construcción más alta de la ciudad estaba muy cerca de ahí, en lo que hoy es Eje Central y Artículo 123. Era un edificio de 10 pisos que los capitalinos de la época apodaban “Hoja de Lata” y que permaneció ahí hasta esta la década de los 30.

Diseñado para oficinas, con 13 pisos y 55 metros de alto, tiene en el exterior un estilo que no termina de ser Art Decó y que lo hace algo rebuscado, lo cual ha hecho que a muchos capitalinos y turistas no les parezca un edificio muy atractivo. En su interior, tiene detalles que sí son dignos de ese estilo, como el barandal de la escalera.

Ya ha sido sometido a diferentes remodelaciones, por lo que actualmente luce ligeramente diferente a su aspecto original. Durante el terremoto del pasado 19 de septiembre, sufrió algunos daños menores.

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Aguantador

Para levantarlo, en su época se desarrollaron técnicas de cimentación a base de pilotes de concreto que luego serían aprovechadas y mejoradas por otras grandes construcciones de la Ciudad de México. De hecho, lo construyeron tan bien que, cuando lo inauguraron, su entrada estaba a nivel de la calle, y hoy tiene una escalinata para acceder a su lobby, a la sucursal de la librería Gandhi o a la tienda de Telmex que se encuentran en su planta baja.

Es obra del arquitecto Manuel Ortiz Monasterio, quien también diseñó el edificio de junto, que es conocido por algunos como ‘Edificio La Nacional II’ (y que es una copia que no tiene el mismo esplendor que el original) y donde hoy se encuentra una sucursal de Sears y una terraza en la que los locales y foráneos suelen ir a tomar café y a apreciar una espectacular vista del Palacio de Bellas Artes (actualmente se encuentra en remodelación por los daños que sufrió el 19-S).

La competencia y el terremoto del Ángel

Pero el récord de primer rascacielos de México lo perdió pronto, porque en 1934 se inauguró el edificio Corcuera, de 20 piso y 70 metros, que se encontraba en la entonces glorieta de ‘El Caballito’, donde hoy está el hotel Meliá, a un costado de la Lotería Nacional, sobre Paseo de la Reforma, al inicio de la Avenida Juárez.

La sima del imponente edificio Corcuera, que también era de oficinas, estaba rematada con un gran anuncio en forma de llanta que promocionaba la marca BF Goodrich. Pero ese rascacielos no soportó el terremoto del 28 de julio 1957, el mismo que tiró al Ángel de la Independencia de su pedestal.

El edificio de ‘La nacional’ no sufrió daños en ese temblor, por lo que, junto con la Torre Latino, inaugurada en 1956, es hoy una de las construcciones más altas de la Ciudad de México que han soportado más sismos mayores a 7 grados en toda la historia.

Así que la próxima vez que esté de paseo por el Centro Histórico, échale una mirada a este histórico edificio que hoy es algo así como “el abuelito” de los rascacielos de la Ciudad de México.

Por Carlos Tomasini (@carlostomasini)