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Emma la mujer más peligrosa del mundo
Emma Goldmann. Foto: Especial.

“Para que la mujer llegue a su verdadera emancipación debe dejar de lado las ridículas nociones de que ser amada, estar comprometida y ser madre, es sinónimo de estar esclavizada o subordinada.”

Emma Goldman

Cuando uno pregunta cuál es es la mujer más peligrosa del mundo en internet, es curioso que aparezca el nombre de Emma Goldman en muchos sitios. Me parece que lejos de ser una asesina serial, una guerrillera o terrorista, fue su mente brillante la que le dio ese título tan amenazador. Un epígrafe otorgado por  J. Edgar Hoover, el todopoderoso jefe FBI, en un Estados Unidos que se enfrentaba a un inminente camino de rupturas del status quo.

Durante años la figura de Emma Goldman permaneció olvidada, pero a finales de los setenta, una segunda oleada del feminismo volteo sus ojos hacia ella y la usó como bandera. Una mujer que dedicó su vida a luchar por los derechos de los más desfavorecidos.

Las fotos que encontré de ella muestran una mujer poco amable, con una cara adusta y sin sonrisa. Me pregunto si aparecer con los labios curvados y una cara de pocos amigos era parte del personaje que le permitió sostener sus posturas. Su intensa pasión y convicción por sus creencias y activismo, la fue transformando en una mujer de una ferocidad crítica sobre las condiciones sociales y económicas de la población más desfavorecida, pero sobre todo comprometida con la emancipación de la mujer y la libertad sexual.

Podría ser entonces que poner cara de niña buena o mujer atractiva contraveinian a sus denuncias. Su expresión severa me genera la idea de que  reflejaba la seriedad de su activismo y los desafíos que debió enfrentar al luchar por ideas que contravenian a un pensamiento que se sostenía a base de prohibiciones y de miedo.

Sin duda son las ideas lo más peligroso que puede haber en una sociedad, estas permutan el rumbo de los acontecimientos cuando se gestan en la conciencia colectiva y de ahí se impulsan tantos cambios. No siempre son nutricias, basta revisar un poco la crónica de los eventos desde que desarrollamos la manera de reflexionar sobre ellas y así nacieron muchas posturas autoritarias y totalitaristas.

Las ideas desafían y amenazan el poder establecido generando una alerta para quienes no quieren cambios. Pueden inspirar a las personas a cuestionar, preguntar, romper, re encauzar y hacer cambios en las normas buscando transformaciones en la sociedad, lo que puede ser percibido como un peligro. Son utilizadas para justificar acciones extremas o violentas, lo que puede poner en peligro la seguridad de las personas. En su contraparte también pueden ser poderosas herramientas para hacer reformas positivas en el marco social.

Sin duda a muchos les ha tocado morir por una idea filosófica aunque sea distinto que morir por una causa religiosa.  Así aparecen los  mártires y terroristas suicidas. ¿Qué hay detrás de la decisión de defender las propias ideas hasta la muerte? ¿Es valentía, honradez, lavado de cerebro, locura o simple ambición? Algunos quizás en el fondo tienen la convicción que aquello en lo que creen, los sostiene y en ello se juegan el futuro para los que vienen después.

“Exijo la independencia de la mujer, su derecho a mantenerse a sí misma, vivir para ella, amar a quien le plazca, o a tantos como le plazca. Exijo libertad para ambos sexos, libertad en la acción, en el amor, en la maternidad”; declaró, consciente de que la mujer estaba subyugada en todos los entornos, centrando sus esfuerzos en la emancipación y en la libertad sexual.

¿Habrá estado en contra del sufragio femenino como aseguran algunos? Creo que esta postura merece un poco de reflexión, me parece que no tenía ningún problema con que las mujeres votaran, pero tal vez consideraba que el esfuerzo para conseguirlo era demasiado alto y beneficiaba sólo a unas pocas. Un empeño de las mujeres blancas y adineradas dejando en la estacada a los necesitados excluyendo a negras, pobres, inmigrantes o prostitutas.

Según entiendo a ella le costaba  entender por qué las mujeres querían votar, si era algo que desde su mirada los hombres habían demostrado que no servía para nada.

Para poder entender cómo llegó a ser quien fue, hay que dar una mirada a su historia y a su trayectoria.

Hija de una familia de escasos recursos del gueto judío de Kaunas,  un territorio que se encuentra hoy en la actual Lituania. Como tantos que crecieron ahí, tuvo una infancia marcada por el dolor de ser ignorada por su madre y maltratada por padre quien la  golpeó, humilló y negó el acceso a la Universidad. Sin duda  mostró capacidades sobresalientes en la escuela pero al pedir permiso a su padre para continuar sus estudios, este quemó sus libros. “Todo lo que una hija judía necesita saber es cómo preparar el pescado gefilte, cortar bien los fideos y darle al hombre muchos hijos”.

Contaba con 13 años cuando empezó a trabajar en una fábrica de corsés y a soñar con montar una cooperativa con sus compañeras.  Sufrió  del brutal antisemitismo que se había avivado en Rusia impulsado por la crueldad de los Románov. Además de vivir el acoso por parte de sus jefes, llegó a enfrentar incluso un intento de violación. Duras circunstancias para una niña que ya cargaba con mucho en sus hombros. Evitando el destino de las mujeres de su estirpe y escapando  de un matrimonio contra su voluntad, se fue con sus dos hermanas a Nueva York, un éxodo que durante esos años sumo poco más de dos millones de judíos.

Me parece que se necesita un temple especial para poder encontrar la fuerza para romper las estructuras de una familia tradicional, no cualquiera se embarca al otro lado del mundo en busca de oportunidades a tan tierna edad, siendo mujer y sin recursos. Tenía 16 años al llegar, encontró trabajo y se sometió a una jornada de 10 horas al día como costurera de abrigos, para ganar apenas un par de dólares a la semana, condiciones que no distaban de las que vivía en Rusia.

A veces parece que uno se mete en situaciones difíciles  y este fue el caso para ella cuando se topó con Jacob Kershner. Decide casarse  a los cuatro meses de haberlo conocido. Se fueron a vivir con la familia de Emma, que había emprendido el vuelo al año siguiente de que ella y sus hermanas partieran. Resultó que el sueño amoroso, le había traído a un marido impotente, que le mintió sobre su amor a los libros, pero que era bueno para jugar a las cartas con sus amigos hasta la madrugada. 10 meses duró la unión, recibió amenazas de ser repudiada por parte de su familia y por parte de él la amenaza de un sucidio si lo dejaba. La elección seguramente le costó y comenzó a pagar las facturas,  tras ser echada a la calle por sus padres. Llevaba cinco dólares en el bolsillo y una máquina de coser. Años después escribiría:

“Si alguna vez vuelvo a amar a un hombre, me entregaré a él sin que nos bendiga un rabino, ni la ley y cuando ese amor muera, me marcharé sin pedir permiso”.

Ella ya había comenzado a interesarse por la agitación política que sacudía el país, el evento del 1 de mayo de 1886 que dio cabida a la celebración del día del trabajo, le generó un revuelo interior. Una bomba estalló matando a cuatro personas, en donde los obreros de la fábrica McCormick de Chicago,llevaban tres días de protestas para exigir una jornada de ocho horas.

Para hacer justicia siempre hay que buscar culpables, esa sed que buscar responsables nos caracteriza como especie, a pesar de que ni siquiera habían estado presentes, culparon del atentado a los organizadores de un congreso anarquista, celebrado en Pittsburgh condenandolos a muerte. Como mencione al principio cuando las ideas comienzan a proliferar y contravienen los intereses de quienes tienen el poder, entonces algo como esto cae como anillo al dedo. Como lección, cuatro fueron llevados a la horca, y uno más se suicidó antes de que se ejecutase la condena.

Las ideas de una doctrina política que basaba el rechazo a la autoridad como forma de organización social, política y económica, considerando que la convivencia entre los seres humanos debía estar determinada por la voluntad y la razón de cada uno, promoviendo formas de convivencia no autoritarias y no jerárquicas eran insostenibles, peligrosas y debian  erradicarse.

Para Emma El Sach’s café, fue un lugar de reunión, ahí se juntaban  los intelectuales y obreros de esa época. Entre ellos estaba Alexander Berkman quien fue el hombre más importante de su vida. En una fascinación  mutua, se dieron a la tarea de compartir los mismos ideales, fue entonces cuando se mostró como una oradora extraordinaria hablando de su vida en la fábrica, de las humillaciones y de los abusos que había sufrido.

20 años de prisión le dieron a Alexander por querer asesinar a Clay Frick,  tras la Huelga de Homestead, como respuesta al maltrato que este daba a sus empleados. Fue duro darse cuenta después que los obreros de Homestead no querían derrocar a sus patrones, sólo querían conseguir mejores condiciones. Quizá antes de dar la vuelta al sistema había que hacer que fuese tolerable para los que vivían en las peores condiciones, pequeñas medidas antes que buscar grandes cambios.

A finales del siglo XIX miles de personas se quedaron sin empleo, a ella en 1893 la detuvieron por primera vez por defender la expropiación de los bienes: “Pedid trabajo; si no os lo dan, pedid pan, y si no os dan ni pan ni trabajo, coged el pan”. Lejos de apabullar la fuerza de sus discursos,  durante el año que permaneció en la cárcel se dedicó a leer a Thoreau y a Emerson saliendo de ahí con la profesión de enfermera. Su nombre sonaba por todas partes y se volvió la cara más visible del anarquismo.

Un enfermo mental habia acabado con la vida del presidente de los Estados Unidos William McKinley, este afirmó que la inspiración le había llegado tras escuchar un discurso de Goldman, la volvieron a aprender acusandola de planear el asesinato, pero después de dos semanas de detención e interrogatorios exhaustivos tuvieron que liberarla. “¿Tengo yo la culpa de que un loco haga una mala interpretación de mis palabras?”

Con un nombre falso empezó a trabajar como enfermera en las casas más pobres del Lower East Side, bajando la intensidad de su exposición pues ahora sus posturas eran cuestionadas incluso por sus compañeros anarquistas.

En Viviendo mi vida escribió: “Me censuraron algunos de mis propios compañeros porque estaba tratando temas tan “poco naturales” como la homosexualidad. Argumentaban que el anarquismo ya era bastante mal comprendido y los anarquistas eran considerados depravados; era inadmisible incrementar esos falsos conceptos ocupándose de las perversiones sexuales. Como creía en la libertad de opinión, incluso si iba en mi contra, me importaban tan poco los censores de mis propias filas como los del campo enemigo. En realidad, la censura de mis compañeros tenía sobre mí el mismo efecto que la persecución policial: me hacía estar más segura de mí misma, más decidida a defender a todas las víctimas de las injusticias sociales o de los prejuicios morales.”

Así con el ímpetu que le provocaba lo que sucedía en su tierra comenzó a contar cómo el pueblo Ruso se había lanzado contra los zares y cómo se podía cambiar el mundo desde abajo. Fundó Mother earth, una revista donde escribía sobre los bolcheviques  y se dedicó a difundir las bondades del nuevo orden mundial que se avecinaba.

Al poco tiempo de salir Berkman de la prisión tras 14 años, lo contrató y aunque la relación entre ellos se había terminado, el cariño y la amistad no.

En 1908 se enamoró de Ben Reitman, diez años más joven que ella, él acabó estudiando medicina y se convirtió en su agente. Compartieron el amor libre, pero mientras ella creía en la  fidelidad  él no. En seis meses impartió 120 conferencias en 37 ciudades. Con Reiman como agente, su discurso llegaba a más público, pero esa fama también atraía a la policía. Se unió a Margaret Sanger, la mujer que acuñó el término “control de la natalidad” y en 1916 fue arrestada de nuevo por dar una charla sobre el uso de anticonceptivos. Pasó dos semanas en la cárcel.

En su revista se manifestó contra la primera guerra mundial y alentó a los estadounidenses a resistirse al reclutamiento y oponerse a la participación de los Estados Unidos. “Nos oponemos al reclutamiento porque somos internacionalistas, antimilitaristas y nos oponemos a todas las guerras libradas por los gobiernos capitalistas” “si Estados Unidos ha entrado en la guerra para hacer que el mundo sea seguro para la democracia, primero debe hacer que la democracia sea segura en Estados Unidos.”

Para ella era imposible entender cómo un país que censuraba su libertad de expresión y reunión,  se uniese a una guerra para proteger los derechos de otros países. Semejante atrevimiento le dio una sentencia de 22 meses en prisión. “Puede que me arresten, me procesen y me metan en la cárcel, pero nunca me callaré; nunca asentiré o me someteré a la autoridad, nunca haré las paces con un sistema que degrada a la mujer a una mera incubadora y que se ceba con sus inocentes víctimas. Aquí y ahora declaro la guerra a este sistema y no descansaré hasta que sea liberado el camino para una libre maternidad y una saludable, alegre y feliz niñez”.

En la cárcel se unió a otras activistas para intentar mejorar la vida de las reclusas, especialmente las negras, “a pesar de las controversias de los psicólogos criminalistas, no encontré a ningún criminal entre ellas, solo seres humanos desafortunados, rotos, desgraciados y desesperados”.

Al no poder silenciarla, el FBI consiguió anular su ciudadanía, ella y Berkman fueron expulsados del país. Había llegado apenas siendo una adolescente, sin un centavo y se iba convertida en una celebridad. El regreso a su tierra natal le dio un duro golpe, pues aunque los zares habían sido derrotados por los bolcheviques, la ansiada revolución que iba a devolver la dignidad al empobrecido pueblo ruso, sólo cambió los nombres de los opresores.

Abandonó el país, buscando otro lugar donde seguir su extenuante labor y se establecieron en Berlín. Mi desilusión en Rusia, fue publicado en el periódico de Joseph Pulitzer, The New York World. Un trabajo que sus antiguos compañeros de partido, no le perdonaron.

En 1925 se casó con un escoces al que apenas conocía, para evitar la deportación y conseguir la ciudadanía británica. Escribió sus memorias financiadas en parte por la poeta Edna St. Vincent Millay y especialmente por la coleccionista de arte Peggy Guggenheim. The New York Times lo consideró uno de los mejores libros de no ficción del año y fue un éxito de ventas. Gracias a esas memorias pudo visitar de nuevo Estados Unidos, pero llevaba la advertencia de no hablar más que de sus memorias. Al estar ahí, intentó quedarse, pero fue imposible.

Llegó al final de su vida creyendo que había una posibilidad de un mundo más justo. Quizá yo como ella también lo creo, aunque utópico, pudiera ser que de alguna forma erradicaremos el hambre, la ignorancia y la destrucción de nuestro hábitat.

En 1936 su querido Berkman se suicidó, un golpe  profundo la embargó. El 8 de mayo de 1940 sufrió un derrame cerebral y el 14 de mayo murió en Toronto, tenía 70 años. El servicio de inmigración permitió que la enterraran en el cementerio alemán de Waldheim, en Chicago, cerca de las tumbas de los ejecutados después del caso de Haymarket, aquellos cinco hombres que cambiaron su vida.

Su ideas  transformadas en escritos y conferencias abarcaron una amplia variedad de temas; prisiones, ateísmo,  libertad de expresión,  militarismo, capitalismo, matrimonio,  amor libre, el control de la natalidad y la homosexualidad; desarrollando incluso nuevas maneras de incorporar la política de género en el feminismo y el anarquismo.

Será que su pensamiento se entrelaza con el de tantos otros que como ella sentaron las bases para que hoy yo pueda tener una mirada crítica, una posibilidad de impulsarme desde ahí, para entender el mundo en el que vivo, para dejar a mi manera en mis ideas, mis propuestas y mis proyectos, un poco de quien he sido. Uno termina siendo el cúmulo de la experiencia, de lo que otros nos enseñaron, de nuestra historia, de aquello que logramos trascender en lo emocional donde  “parecemos globos en mundo lleno de alfileres”. Al final todo se reduce a lo que logramos hacer de todo eso.

Por DZ

Claudia Gómez

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Bibliografia

http://www.insumisos.com/M4T3R14L/BD/Goldman-Emma/Anarquismo,%20lo%20que%20significa%20realmente.PDF

https://biblioteca.ulpgc.es/blogs/espacio-violeta/2022/06/21/emma-goldman-la-anarquista-desencantada

https://www.elsoldetampico.com.mx/doble-via/quien-fue-emma-goldman-la-mujer-mas-peligrosa-de-america-en-los-anos-20-de-acuerdo-al-fbi-9274815.html/amp

https://es.wikipedia.org/wiki/Emma_Goldman

https://www.revistavanityfair.es/poder/articulos/emma-goldman-historia-vida/44940

Libros de Emma Goldman

Viviendo mi vida

“Anarquismo: La única filosofía que devuelve al hombre la conciencia de sí mismo”

“La tragedia de la emancipación de la mujer”

“Anarchy and the Sex Question: Essays on Women and Liberation” (Sexo y Anarquía: ensayos sobre mujeres y liberación)