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Ante cuarta ola de COVID-19, UNAM emite recomendaciones sobre el manejo de enfermos en casa
En la foto, cubrebocas y un gel antibacterial. Foto de Anshu A para Unsplash

Ante la cuarta ola de contagios de la epidemia de coronavirus México, la Comisión Especial para la Atención de la Emergencia por COVID-19 de la UNAM emitió una serie de recomendaciones y consideraciones.

Por medio de un boletín el organismo dejó en claro que la vacunación es la principal forma de evitar que una persona que se contagia con el SARS-CoV-2 enferme gravemente, por lo que llamó a los ciudadanos de más de 15 años a inmunizarse cuando les corresponda. La UNAM aseguró que todas las vacunas que se utilizan en México son seguras, efectivas y de calidad.

La Comisión apuntó que el uso de cubrebocas disminuye la cantidad de virus que exhala una persona infectada, por lo que la “recomendación general es que todas las personas utilicen un cubrebocas cubriendo bien nariz y boca al convivir con enfermos, al estar en lugares públicos fuera de la casa y al estar con otras personas en lugares cerrados o incluso en espacios abiertos si la distancia es cercana”.

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Pruebas COVID-19. Foto de Unsplash.

Aun con cubrebocas, no se recomienda hablar de cerca con otras personas. Sobre la mascarilla, dejó en claro que es necesario utilizar uno que sea cómodo y accesible para su uso correcto y continuo.

Si se usa cubrebocas de tela, es necesario que tenga tres capas y sea de una fibra natural (algodón); si el cubrebocas es quirúrgico desechable, también debe ser de tres capas. Su eficacia puede medirse si impiden el paso de la luz”, expuso.

Apuntó que los cubrebocas de mayor eficiencia N95, KN95, KF94, FFP3, FFP2, FFP1) es mejor utilizarlos en situaciones donde el riesgo de aerosoles provenientes de enfermos sea mayor, como puede ser al atender a un enfermo en casa, en un consultorio o en el hospital. Apuntó que la limitada disponibilidad y la incomodidad de este tipo de cubrebocas pueden ser obstáculos reales para su uso general, y no son convenientes para un uso común, generándose riesgos adicionales ante su utilización inadecuada o interrumpida.

La Comisión aseguró que el éxito de la prevención al utilizar el cubrebocas se logra con su uso adecuado.

Cualquiera que se utilice debe cubrir la nariz y la boca al mismo tiempo y estar ajustado al puente de la nariz y a la piel de la cara sin pliegues, para evitar la entrada libre de aire por las comisuras. En caso de decidir utilizar doble cubrebocas para aumentar la protección, será mejor combinar cubrebocas de dos tipos de materiales diferentes y colocar primero el de mayor eficiencia y encima el de menor. Una vez colocado se debe evitar tocarlo por el frente, se debe retirar por la cintas ajustables y lavarse las manos después de hacerlo”, expuso.

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Persona usa cubrebocas adentro de un inmueble. Foto de Hedgehog Digital / Unsplash

Sobre el manejo de enfermos de COVID-19 en casa

La Comisión Especial para la Atención de la Emergencia por COVID-19 expuso que la mayoría de las personas que han enfermado de COVID-19 en las últimas semanas han presentado cuados leves con síntomas que desaparecen en menos de cinco días con cuidados generales y con medicamentos para el conntrol de la fiebre y las molestias por el proceso de respuesta del cuerpo a la infección, generalmente paracetamol e ibuprofeno.

Por lo anterior, aseguró, y para evitar riesgos de toxicidad o complicaciones, es importante reiterar que para el manejo de pacientes con COVID-19 no deben utilizarse:

  • Antibióticos de ningún tipo (azitromicina, levofloxacina, ceftriaxona, ivermectina, hidroxicloroquina, etc.).
  • Antivirales que no tienen efecto contra el virus causante de COVID-19 (oseltamivir, amantadina, rimantadina, aciclovir, etc.).
  • Medicamentos esteroides en los primeros cinco días de la enfermedad (cortisona, dexametasona, etc.).
  • Anticoagulantes sin supervisión médica (Aspirina, heparina, enoxaparina, clopidogrel).
  • Si la persona padece alguna otra enfermedad para la cual tome medicamentos de forma regular, deberá continuar usándolos sin interrupción.

El organismo de la UNAM apuntó que al tener un enfermo en casa se debe prevenir el contagio de los otros habitantes del domicilio por medio del aislamiento, el uso de cubrebocas, la ventilación abriendo puertas y ventanas y la higiene regular con los productos de uso habitual del lugar.

Para vigilar la evolución es recomendable tener un termómetro para medir la temperatura (que no sea mayor de 38.0ºC) y un oxímetro de pulso para monitorear la oxigenación (que no baje de 92%). Es necesario informar inmediatamente al médico en caso de alta temperatura o baja oxigenación

Una vez que la persona enferma de COVID-19 cumpla cinco días de aislamiento y no presente síntomas, se podrá reincorporar a sus actividades con las medidas de precaución generales; en caso de continuar con síntomas, deberá completar diez días de aislamiento. Los contactos domiciliarios del enfermo también deberán guardar aislamiento durante cinco días, al término de los cuales podrán salir en caso de no presentar síntomas.

Con información de López-Dóriga Digital