Minuto a Minuto

Nacional Valle de México suma siete contingencias ambientales en 2024 y suspende la más reciente
La actual contingencia estaba próxima a llegar a los cuatro días y apuntaba a ser la más larga de las siete que se han activado en lo que va de 2024
Deportes Cruz Azul gana 1-0 en casa de Monterrey
Cruz Azul toma la ventaja en la semifinal ante Rayados de Monterrey
Entretenimiento Coppola se emociona en Cannes y dedica su ‘Megalópolis’ a la “esperanza”
Francis Ford Coppola estuvo acompañado por una gran representación del equipo del filme y por varios miembros de su familia
Deportes Pumas revela sus primeras bajas tras Clausura 2024
Pumas adelantó que el cuerpo técnico y el área deportiva del Club ya trabajan en la conformación del plantel de cara al Apertura 2024
Nacional Maestros vandalizan propaganda electoral y oficinas de candidatos en Oaxaca
La CNTE rechazó la propuesta del presidente López Obrador de aceptar un aumento del 10 % al salario de los maestros
Anastasia

“Mi hermana que tenía doce años de edad estaba muy entusiasmada con “Anastasia”, la película de Ingrid Bergman y Yul Brynner. La fue a ver un par de veces al cine, cuando salió a la cartelera por ahí de 1960.

Muy angustiada por la dura vida que llevaba Anastasia, decidió escribir una carta y mis papas se la dieron a la señora Von Kügelchen, una aristócrata Alemana, amiga de ellos, que vivía enfrente del cine Mancar por aquella época…”

Así comenzó narrando Peter, con esa mirada amable que siempre lo ha caracterizado. Me puse en modo de escucha y abrí los ojos como suelo hacerlo cuando enloquezco con algo.

“…¡Que venga Anastasia, que venga a vivir a Mexico!.-” Le invitaba a ésta, en líneas sobre el papel blanco.

La misiva llegó a manos del principe Federico Ernesto de Sajonia-Alterburgo, primo hermano de Anastasia y se la entregó a ella.”

Mientras me iba hechizando con el relato, fui interrumpiendo de vez en cuando para intentar tejer su historia en mi mente, pues tenía entendido que Anastasia, había muerto en 1918, al lado de su real familia.

“Nacida con el nombre de Anastasia Nikoláyevna Románova, la rodeó siempre el misterio de haber salido viva cuando fusilaron a toda su familia un año después de que estalló la Revolución Rusa en 1917.

Según contaban, herida, fue recogida por un campesino Ruso quien la cuidó o quizá por un soldado con el que se casó y esto suscitó durante un par de décadas, la aparición de más de treinta Anastasias que reclamaban su herencia.

La señora Von Kügelchen, mandó la misiva a Alemania y el príncipe, entusiasmado, decidió venir a México.

Entonces entendimos por qué lo llamaban “Federico el Súbito” pues llegaba a horas intempestivas, se instalaba y no se sabía cuándo iba a partir.

Haciendo alarde de su apodo, se quedó un tiempo en suelo mexicano, donde hizo excavaciones en el mundo Maya y escribió tratados sobre los Aztecas, Toltecas y Zapotecas.”

No quería perder un solo detalle de la historia, así que fui tomando nota de cada palabra importante, para escribir después el relato, procurando no equivocarme en las fechas y los datos históricos.

“Federico contaba con una memoria prodigiosa y una educación sobresaliente, era una persona sumamente culta, hablaba al menos cinco idiomas con soltura. Su pasión por resolver misterios le hizo dedicarse la mayor parte de su vida al caso de la presunta hija del zar, a la que él consideraba su prima.

Contaba que fue la misma Anastasia quien le pidió que viniera a México a conocer a la niña, que tan amablemente le había invitado y aprovechando que venía a Venezuela, pasó por aquí.

Él Nunca se casó y no tuvo descendencia, se contaba entonces que sus preferencias no eran hacia las mujeres, pero a mí, eso nunca me constó, quizá además de querer que Anastasia fuera reconocida, le hubiera gustado ser beneficiado por ello, como tantos otros.”

Cada frase, sobrepasa mi curiosidad, mantengo la boca abierta y las cejas arqueadas hasta que me doy cuenta de la cara de niña tonta que estoy poniendo y rectifico mi postura que se ha ido encorvando en la silla, como si el relato me cubriera con una manta y me apretara en su hechizo.

“Invitado por el príncipe, fui a Alemania tiempo después de su estancia en nuestra casa y pasé unos días allá con el. La pomposa vida de la aristocracia de alta alcurnia que llevaba le prodigaba invitaciones a muchos lugares, incluso al palacio de Bukingham, al que no quise ir. Pero lo que sí hicimos, fue un recorrido en coche y me llevó a Schoss Runkel, donde me enseñó los papeles del juicio de Anastasia. ”

A medida que mi mente embrujada viajaba por el Rhin mirando el paisaje arbolado, imaginé en los estantes de algún cuarto del castillo, los papeles apilados del caso que llevaba el nombre de Anna Anderson que salió a la palestra en 1920.

“Muchos de la realeza apoyaron su caso. El príncipe incluso la rescató de Schloss Winterstein, bajo ocupación soviética, y la trasladó a Unterlengenhardt, en el límite de la Selva Negra.

Federico afirmó haber estado en contacto desde finales de los años cincuenta, con miembros de la familia del Zar de Rusia que según decía, no habían muerto en la masacre de julio de 1918.

Siguiendo una pista, llego al Vaticano donde la Madre Pascalina Lehnert gobernanta del papa Pío XII le reafirmó que la Iglesia había intervenido en el traslado de la Zarina Alejandra y de sus hijos.

Anna Anderson aparece en la historia después de ser internada en un psiquiátrico en 1920. Un intento de suicidio tratando de saltar del puente Bendler en Berlín, la llevo a ser registrada en el hospital con el nombre de Fräulein Unbekannt (señorita desconocida, en Alemán.)
Durante algún tiempo no quiso revelar su identidad.

Más tarde usaría el apellido Tschaikovsky y luego, el de Anderson. Quienes creyeron que ella era Anastasia, porque después de un tiempo lo reveló, la cuidaron y protegieron; convirtiendo su caso, en el juicio más largo de la historia de Alemania, ya que inició en 1938 y fue oficialmente cerrado en 1970.

Federico aseguró siempre que ella era su prima, conocía detalles de su vida en común, sucesos y conversaciones que era imposible alguien más supiera. Incluso, a la muerte de Anna Anderson o Anastasia en 1984, se hizo cargo de los arreglos y llevó acabo las exequias para enterrar sus cenizas en el Castillo de Seeon, cerca de donde vivió un tiempo en 1927.

Toda su investigación quedó prendida de largas frases en un libro que nunca publicó, pues murió antes de que saliera a la luz.”

Formulé entonces la pregunta que era evidente .
“¿Por qué siempre se ha dicho que las investigaciones concluyen que Anastasia y toda su familia fueron fusilados ese día?”

“Pues resulta que en 1927, Ernesto Luis de Hesse-Darmstadt, gran duque de Hesse, llevó acabo una investigación que según consta en los archivos, la identificaba como Franziska Schanzkowska, una obrera de origen polaco con un historial de enfermedades mentales.

En 1991, los cuerpos del Zar Nicolás II, su esposa y tres de sus hijas fueron exhumados de una fosa común cerca de Ekaterimburgo. Pruebas de ADN los identificó. Los cuerpos del Zarévich Alexei y de Anastasia, fueron descubiertos tiempo después en otra fosa y fueron identificados con el mismo método.

Una muestra de tejido de Anderson, fue tomada durante una operación en 1979 y almacenada convenientemente en el Hospital Martha Jefferson en Virginia en Estados unidos. El ADN fue comparado con el de los Romanov y sus familiares y confirmaron que Anderson no era Anastasia. Sin embargo, la muestra sí coincidió con el ADN proporcionado por Karl Maucher, sobrino-nieto de Franziska Schanzkowska, indicando que Maucher y Anderson estaban relacionados por línea materna.”

A estas alturas mi mente encuentra en la trama de la historia pedazos que siguen faltando del rompecabezas.

Peter Kurth, quien ha publicado diversas investigaciones sobre los Romanov y concretamente sobre Anastasia, afirma que los resultados de ADN publicados en la prensa podrían ser refutables.

Menciona que los cadáveres pudieron haber sido manipulados por el gobierno ruso, lo mismo que la sangre del sobrino-nieto de Franziska Schanzkowzka por intereses particulares, tal como es el caso de la herencia y fortuna atribuida a los Romanov vivos que tendría que ser compartida con los herederos de Anderson de serles favorables los exámenes.

Uno de sus argumentos es que los huesos femeninos encontrados eran de una mujer alta y Anastasia era muy bajita….

“Entonces ¿quien heredó el dinero que quedó en las cuentas europeas?” Pregunté cuando mi cuerpo apenas tocaba el piso. Debo confesar que la tensión del relato me hace sentir que levito. Me confieso una transgresora de los límites físicos, cuando se trata de entrar en los espacios donde mi mente puede colocarme ahí y hacerme creer que en verdad lo estoy.

Peter no supo contestarme así que me di a la tarea de buscar más tarde todo lo que pude sobre el caso.

Encontré un artículo escrito por Guergui Manáiev y narra que en 1934, Natalia Sheremétevskaia, viuda del hermano de Nicolás, el príncipe Mijaíl Alexándrovich Romanov, demandó al gobierno Alemán. Cuatro años más tarde, un tribunal le otorgó permiso para heredar el dinero de esas cuentas. La cantidad al parecer, no se ha revelado, pero según parece, no era una suma tan generosa como podría pensarse.

Han pasado un par de semanas desde mi maravillosa travesía por esta historia llena de recovecos. Busqué a la dueña de la mano que escribió la misiva que comienza el relato, para completar los hechos según los vivió ella y sostuve una larga conversación telefónica que fue llenando ciertos vacíos en mi historia.

“ Dos años después de la estancia de Federico en casa, fui con mis papás a un viaje por la selva negra invitados por La princesa Anastasia. Llegamos a un pueblo minúsculo llamado Unterlengehart junto Liebezell. Ella vivía en una casa muy bonita, de la que puedo contarte cada detalle. Por fuera estaba rodeada de una barda de alambre como de tres metros. Las ventanas estaban cubiertas con una especie de petates, porque mucha gente curiosa iba a verla y se ponía muy nerviosa.

Yo la vi, era una mujer muy pequeñita y me pareció muy mayor, dormía pues llevaba tiempo muy enferma, su salud era muy precaria debido a tanto sufrimiento.

Fue la hermana de Zar quien dijo que Anna no era Anastasia y esto fue decisivo para cerrar el caso. Qué curioso que fuera ella quien se quedara con el dinero de la familia Romanov de los bancos Alemanes.”

Así se escribe la historia, matizada por quien la escribe, por su forma de interpretar los hechos y se vuelve tan subjetiva. Se presenta al mundo apenas como un esbozo de lo ocurrido.

Al final me queda este impulso de recorrer a través de unos ojos azules un fragmento de una historia que sigue siendo fascinante, gozando como una loca, jugando a ser bruja para entrar a capricho en estos mundos que me parecen paralelos y seguir tejiendo el mundo extraordinario de la historia y sus misterios.

DZ
He rellenado los espacios con datos históricos que encontré. Me doy el permiso de hacerlo, porque me da la impresión que de esta forma ayudo a hilar el telar que está incompleto, dejando el tejido un poco más armado.

A los dos hermanos gracias, gracias por llevarme de la mano a descubrir una historia fascinante que aporta datos invaluables sobre Anastasia que hoy me parece que sí sobrevivió al destino al que le atribuyen los libros.

¡A Regina, una vez más gracias!!! Tus ojos en mi escrito lo vuelven un tejido más suave y comprensible. Me ayuda a que el lenguaje se pula, debido a mis múltiples omisiones, Gracias por tanto….