Científicos del University College de Londres trató de determinar a qué huelen los libros con el paso del tiempo por lo que preguntaron a lectores cuáles olores identificaban
Los libros cuentan con un aroma propio que los fanáticos de ellos atesoran y que va variando con su antigüedad.
El aroma, que en un inicio es un olor a tinta, se convierte en un aroma distinto con el paso del tiempo debido a que los pigmentos se van secando y evaporando así, los productos se degeneran y modifican el sustrato original del papel.
Un equipo de científicos del University College de Londres trató de determinar a qué huelen los libros con el paso del tiempo para lo que pidieron a los turistas de la Catedral de San Pablo y de la Biblioteca de Londres que identificasen los olores de libros antiguos que les mostraban. La mayoría de los visitantes describió el aroma como madera, seguido de ahumado, terroso y vainilla. Casi tres cuartas partes de los encuestados estuvieron de acuerdo en añadir al olor el matiz de agradable.
Es una regla que los libros antiguos no solo ofrecen su historia, sino también un perfume que lo hace único y singular. El aroma es el resultado de cientos de compuestos volátiles que se liberan al aire, siendo el más importante de todos ellos la lignina. A esta conclusión se ha podido llegar a través de un novedosa técnica no invasiva llamada degradómica material.
Aunque los amantes de los libros asegurarán que se trata de todo un aroma romántico, lo cierto es que el olor responde la degradación natural de los mismos, es decir, la desintegración de la celulosa del papel.
Y es que la lignina es un polímero orgánico que se forma a partir de la degradación de la celulosa y que desprende un olor a vainilla. Esta sustancia química es la que otorga la consistencia de las hojas de un libro y proporciona la fortaleza del tronco de un árbol. Además, la lignina es la responsable de que los libros se vuelvan amarillos con el tiempo.
Además, al olor a lignina se suman los olores de compuestos como pegamento, la tinta y la encuadernación. Justo esto es lo que hace que ningún libro huela como otro por lo que las variaciones son infinitas.
Con información de ABC