Una semana antes de la Navidad, la ciudad más grande de Alaska debería parecer un paisaje de postal y el último lugar donde alguien pudiera ver máquinas produciendo nieve. El clásico paisaje invernal del norte es difícilmente una realidad en el lugar debido a un persistente clima fuera de lo habitual en Anchorage, donde la … Continued
Una semana antes de la Navidad, la ciudad más grande de Alaska debería parecer un paisaje de postal y el último lugar donde alguien pudiera ver máquinas produciendo nieve.
El clásico paisaje invernal del norte es difícilmente una realidad en el lugar debido a un persistente clima fuera de lo habitual en Anchorage, donde la nieve está 60 cm abajo de su nivel ordinario en esta época del año.
A sólo unos días del solsticio del domingo, que señala el inicio oficial del invierno, en muchas partes del suelo no hay nieve y las temperaturas apenas están un poco debajo de los cero grados centígrados. Algunos habitantes resistentes al frío han salido a las calles en camisetas y pantalones cortos.
En la mayor parte de la zona, la temperatura es incluso demasiado alta como para producir nieve, ya que hace que las máquinas sólo arrojen aguanieve.
Sin embargo, gracias a un pequeño descenso en las temperaturas, la Asociación de Esquí Nórdico de Anchorage pudo producir nieve el jueves en veredas del parque Kincaid de la ciudad. Eso tendrá que continuar hasta que la naturaleza proporcione su propio suministro.
“Es una de esas situaciones que tenemos que capotear”, declaró Craig Norman, encargado de mantener la nieve apisonada en las veredas para la asociación.
En esta época del año, Anchorage tiene normalmente 78.5 cm de nieve, según el experto del Servicio Meteorológico Nacional, Bill Ludwig.
Sin embargo, la ciudad registra 26 cm de nieve esta temporada luego de solo dos nevadas lo suficientemente intensas como para medir su impacto. Y en muchas partes eso se derritió y solo queda una capa delgada.
Con información de AP