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Pago y número de profesores se multiplica sin mejorar la educación
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En 22 años, el número de docentes -y su pago- se multiplicó sin que eso repercutiera en una mejor calidad de la educación que reciben sus alumnos.

De acuerdo con las cifras de plazas conciliadas por la Secretaría de Hacienda, la SEP y los gobiernos de los estados, a lo largo de dos décadas, el porcentaje de plazas por hora para los docentes de asignatura creció en 64 por ciento y las plazas por jornada, un 33 por ciento.

Oaxaca, por ejemplo, la entidad con mayor crecimiento de la nómina magisterial, hoy debería tener 10 alumnos por cada maestro. Sin embargo, la realidad es otra: en 1992, cuando comenzó la llamada descentralización educativa y el control de las plazas por parte de los estados, un maestro atendía a 24 alumnos en promedio nacional. En 2014, los datos oficiales reportan 28 estudiantes por docente de educación básica, a pesar del incremento en la nómina magisterial.

“Esto demuestra que muchas de estas plazas fueron a parar a las burocracias administrativas y sindicales en los estados”, expresó Marco Fernández, director de investigación de México Evalúa.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un menor número de alumnos por docente, beneficia su aprendizaje. El promedio entre los países que integran la OCDE es de 12 estudiantes por maestro en primaria y 14 en secundaria.

México va en sentido contrario: de acuerdo con los datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, 44 por ciento de las primarias públicas tienen uno o dos maestros para atender a todos los alumnos, o son multigrado.

En el caso de Guerrero, el 32.6 por ciento de preescolares, el 48.8 por ciento de primarias y el 14 por ciento de las telesecundarias cuentan con uno o dos maestros. En Oaxaca, el 53 por ciento de las primarias, el 38.7 por ciento de los preescolares y el 3.4 por ciento de las telesecundarias son unidocentes.

Los grupos pequeños, señala el informe “Panorama de la Educación 2013”, de la OCDE, permiten a los maestros enfocarse en las necesidades individuales de los alumnos y evitan incluso las distracciones.

“Hay evidencia que sugiere una relación positiva entre grupos pequeños de alumnos y las condiciones laborales de los maestros: mejora el desempeño de los estudiantes, permite una mayor flexibilidad e innovación en la práctica docente; también mejora la moral de los maestros y la satisfacción laboral de los mismos”, señala el informe.

Si las nuevas contrataciones se hubieran destinado a aumentar a los maestros frente a grupo, el número promedio de alumnos por maestro sería hoy de 20.

En el caso de Oaxaca, la entidad con el mayor crecimiento de la nómina magisterial, debería haber 10 alumnos por maestro y en Guerrero, la tercera con mayor crecimiento, debería haber 14. Sin embargo, la realidad en ambos estados es distinta, pues cerca de la mitad de las primarias públicas, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), tienen solo uno o dos maestros.

El descontrol en la nómina docente

Según documentos sobre la conciliación de la nómina entre estados y la SEP, el Gobierno Federal entregó 3 millones 942 mil 946 de plazas por hora a los estados en 1992 y ahora existen 6 millones 491 mil 404 de plazas. Además, entregó a los estados 629 mil 739 plazas por jornada y ahora existen 836 mil 480.

En contraste, en ese mismo periodo el crecimiento de la matrícula en educación básica fue de apenas 9 por ciento.

David Colmenares, exauditor especial para el gasto federalizado de la Auditoría Superior de la Federación, sostiene que el crecimiento de la nómina magisterial en las últimas dos décadas fue anárquico y sin planeación.

“No fue ni planeado, ni estructurado; la basura que traen las plantillas de las entidades deriva de esa relación perversa entre las dirigencias sindicales y los responsables de la administración de los servicios escolares”, expresó.

En la nómina, aseguró, están metidos todos, y mientras la Secretaría de Educación Pública (SEP) no depure, se seguirá pagando con plazas docentes a burócratas.

Recordó que desde 2002 no se crearon plazas administrativas, lo que derivó en que los estados les pagaran a los servidores públicos de las Secretarías de Educación o sus equivalentes, con plazas de maestros.

De 1992 a 2014, el registro de plazas de profesores por hora creció 64.6 por ciento y las plazas de jornada aumentaron en 32.8 por ciento.

Para el exfuncionario, otro factor del crecimiento de la nómina magisterial es que durante años se entregaron plazas automáticas a los egresados de las escuelas normales.

“Se contrataban, los necesites o no los necesites, los contrataban”, recordó.

La plaza automática comenzó a eliminarse con los Concursos de Asignación de Plazas, derivados de la Alianza por la Calidad de la Educación en 2008 y ahora quedaron eliminadas con la Ley General del Servicio Profesional Docente, de 2013.

En el caso de Oaxaca, aseveró, el crecimiento revela el control de la Sección 22 de los servicios educativos.

Con información de Reforma.