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Floja temporada de huracanes en el Atlántico
Foto de la NOAA

La actual temporada de huracanes en el Atlántico apunta a ser una de las más flojas en décadas con solo cinco tormentas en lo que va del año.

Es la menor cantidad de tormentas con nombre que se han formado durante toda una temporada en el Atlántico desde 1983, cuando solo hubo cuatro. En 1994, octubre registró también solo cinco tormentas, aunque luego se formaron dos huracanes a principios de noviembre.

Los meteorólogos pronostican la formación de otras dos para el resto de la temporada que concluye el 30 de noviembre. Pero no hay indicios de que se estén formando frente a las costas del África occidental durante lo que suele ser el período más intenso de la temporada, de mediados de agosto a fines de octubre.

“El Atlántico tropical está muerto”, dijo Max Mayfield, ex director del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.

Una temporada típica de huracanes tiene 12 tormentas a las que se les asigna un nombre, nueve de ellas huracanes y tres de estos son intensos.

La Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA por sus siglas en inglés), que opera el Centro de Huracanes en Miami, revisó en agosto su proyección para la temporada de este año y dijo que anticipaba de 7 a 12 tormentas. Originalmente había proyectado de 8 a 13, inclusive de tres a seis huracanes.

De las tormentas bautizadas este año, cuatro devinieron huracanes, uno de ellos intenso. Este, el huracán Edouard, pasó por aguas abiertas a mediados de septiembre con vientos de 185 kilómetros (115 millas) por hora que solo produjeron olas grandes que deleitaron a los surfistas en el Caribe y a lo largo de la costa este estadounidense.

“Hemos sido muy afortunados hasta ahora”, afirmó Dennis Feltgen, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.

“Se anticipó que sería una temporada inferior al promedio, y eso está ocurriendo hasta ahora”, dijo Feltgen, tras notar que el período de mayor actividad está por terminar. “Afloja mucho en noviembre”.

Un monzón llegado de África Occidental más débil ha causado un aumento en la cortante del viento y en el aire seco, lo que limitó la formación de tormentas este año, explicó Gerry Bell, especialista en huracanes en el Centro de Predicciones Climáticos de la NOAA. “Esta combinación ha apagado la temporada”, comentó.

Los huracanes suelen formarse a partir de remanentes de tormentas en África que se dirigen al oeste cruzando el Atlántico. Pero Bell dijo que esta no ha sido una temporada muy tempestuosa. La atmósfera ha estado estable, evitando que la humedad y el calor del océano se eleven alimentando a las tormentas. Además, el Atlántico tropical tiene temperaturas un poco más frías de lo normal, y son las aguas cálidas las que sirven de combustible a los huracanes.

Pero lo más importante es que los vientos a entre 5 mil y 30 mil pies son fuertes y básicamente evita que el calor suba y forme el centro del huracán, explicó Bell.

Funcionarios de la aseguradora de riesgos del Caribe dijo que ningún país miembro ha solicitado ayuda este año.

Aunque la temporada de huracanes del Atlántico ha sido tranquila, la temporada en el Pacífico Oriental ha trepado este año a 17 tormentas, ocho de ellas huracanes intensos.

La energía total de las tormentas de este año, que tiene en cuenta la fuerza de estos fenómenos y su duración, es solo el 41% de lo normal, una cifra en claro contraste con el Pacífico, donde la energía de las tormentas es un 40% más de lo habitual. El Pacífico este ha registrado 18 tormentas en lo que va de año, ocho de ellas importantes, empatando con su anterior récord.

“A menos que estés en la orilla exterior de Carolina del Norte, esta temporada ha sido increíblemente tranquila”, dijo Mayfield.

Pero no importa la escasa actividad que haya habido, solo hace falta una tormenta para que ocurra un desastre, dijo Bell. “La historia nos dice que no es momento de ser complaciente”, dijo.

Con información de AP